SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Se trata de una glándula situada en las vías urinarias inferiores, debajo de la vejiga de los hombres, a través de la cual pasa la uretra y, por consiguiente, la orina. Su tamaño es como el de una castaña pero se parece a una naranja en su estructura: se compone de corteza y gajos. El problema más común en ella es la hiperplasia benigna. Es decir, el crecimiento de los 'gajos' de la próstata. Este hecho se produce a medida que se envejece, y se debe al estímulo que la testosterona ejerce sobre ella. ¿Cómo afecta? El crecimiento de la glándula (los gajos) provoca compresión en la uretra y esto dificulta el paso de la orina.
Chequeos periódicos
A partir de los 50 años (y una vez al año) los hombres deben acudir al urólogo, que les preguntará por sus antecedentes familiares, sus síntomas urinarios y su función eréctil. También les mandará un análisis para medir su PSA (una proteína específica de la próstata) y procederá a un tacto rectal y realizar una ecografía si los considerara oportuno. "Si tenemos antecedentes familiares de cáncer de próstata, lo recomendable es acudir antes, a los 45 años", señala el doctor Miguel Ramírez Backhaus, codirector de Urosalud, la unidad de Urología del Hospital Casa de Salud de Valencia.
Crece con la edad
A los 20 años, lo normal es que la próstata mida unos 10 mm, mientras que con 60 años la media está en 50 mm. No obstante, el tamaño no supone estar enfermo ni conlleva el riesgo de padecer cáncer. A veces hay hombres con próstatas grandes que orinan razonablemente bien y otros con próstatas de mediano tamaño que padecen más síntomas. ¿Cómo se responde? Los urólogos estudian los síntomas urinarios y proponen un tratamiento cuando la calidad de vida se ve mermada. Por ejemplo, cuando se quejan de acudir al baño continuamente y orinar muy poco cada vez. Como advierte el doctor Ramírez Backhaus, "no tratamos próstatas sino a personas".
Síntomas comunes
Algo no funciona bien cuando nos levantamos varias veces por la noche a orinar, tenemos dificultad para hacerlo o una sensación de vaciado incompleto. También podemos sentir urgencia miccional, escapes antes de llegar al baño, goteo postmiccional severo, frecuencia miccional severa y caudal débil y entrecortado. Cuando no se trata de un tumor, sino de una hiperplasia benigna, la cirugía consiste en vaciar la próstata, no extirparla, para que se desobstruya el paso de la orina a través de la glándula. Con esta operación no existe riesgo de quedar impotente.
Cáncer de próstata
La cirugía del cáncer es generalmente una cirugía radical en la que se extirpa la próstata y las glándulas seminales. La probabilidad de que un hombre quede impotente ante esta intervención depende de la habilidad de cirujano, lo cual hace oscilar el porcentaje entre un 10 y un 90%.
El cáncer de próstata se desarrolla generalmente en la periferia prostática y en su estadio inicial no da síntomas. Por eso si no se detecta a tiempo es normal que el tumor crezca, rompa la cápsula prostática e infiltre el cuello de la vejiga, las glándulas seminales o el esfínter. En estadios más avanzados el tumor podría desarrollar metástasis. Por ello es de vital importancia las revisiones periódicas para diagnosticar el tumor en sus estadios más precoces. Son varias las alternativas para el tratamiento de este cáncer en sus etapas iniciales, de entre ellas la prostatectomía radical es la más frecuente.
¿Qué es el PSA?
El antígeno prostático específico (PSA, en sus siglas en inglés) es una proteína producida por las células de la glándula prostática. Se le considera un marcador tumoral, de ahí que tu urólogo te pida estos análisis cuando te realice un chequeo de la próstata. El análisis del PSA mide su concentración en la sangre. Para esta prueba se envía una muestra sanguínea a un laboratorio.
Es cierto que ante un PSA alto hay que descartar un cáncer de próstata, pero hay una decena de circunstancias que pueden elevar el PSA sin que suframos por ello un tumor. No te saltes las revisiones.
Prostatitis
Más en jóvenes: la mayoría de los hombres están familiarizados con el cáncer de próstata y con la hiperplasia prostática, pero existe un tercer problema frecuente aunque menos conocido: la prostatitis. Se trata de la inflamación de la próstata y se da con mayor frecuencia en los varones jóvenes.
Síntomas: dolor al orinar, asociado a la eyaculación, en el periné o incluso lumbar, escozor, urgencia por llegar al aseo, sensación de vaciado incompleto.
Tratamiento: en la mayoría de los casos se receta un antibiótico prolongado y en ocasiones también antiinflamatorios y analgésicos.