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El ronquido se produce por la vibración del aire de la respiración cuando roza el velo del paladar y otros tejidos blandos de la faringe durante el sueño. Este problema se corrige en la mayor parte de los casos cambiando de postura: normalmente se ronca al dormir boca arriba, y los ronquidos cesan al tumbarse de lado o boca abajo y con la cabeza bien apoyada en la almohada. Esto se debe a que durante el sueño se relajan los músculos de la mandíbula, esta desciende ligeramente y la boca queda entreabierta y con la lengua caída hacia atrás si la persona está durmiendo boca arriba, lo que dificulta el paso del aire y produce una respiración ruidosa.
Puede influir también un ambiente con aire seco producido, por ejemplo, por el aire caliente de la calefacción, que reseca la mucosa de las vías altas respiratorias. Pero también pueden estar interviniendo diversos factores físicos, algunos de los cuales son especialmente frecuentes en los varones:
- Obesidad: Un abdomen muy voluminoso ejerce presión contra el diafragma y los pulmones, reduciendo, por tanto, la cantidad de aire que se respira. Tener además un exceso de grasa en el área del cuello (papada) también puede generar problemas de respiración y, por consiguiente, el ronquido. Muchos estudios indican que una pérdida de peso de entre el 10 y el 25% puede eliminar el ronquido o reducir su frecuencia.
- Obstrucción de las vías respiratorias nasales: Puede deberse a una desviación del tabique nasal, a la presencia de pólipos en la mucosa de la nariz, a una rinitis o sinusitis –normalmente de tipo alérgico– o incluso a una acumulación de mucosidad y/o inflamación producida por un catarro o gripe.
- Aumento de tamaño de las amígdalas: Suele ocurrir en personas obesas, y también es frecuente en los niños (amigdalitis).
- Disminución del tono muscular en la lengua o en los músculos faríngeos: a menudo tras una intervención quirúrgica, entre otras causas.
- Consumo de tranquilizantes y antihistamínicos con efectos sedantes: Pueden relajan en exceso los mencionados músculos.
- Excesiva longitud del paladar blando y de la campanilla.
- Consumo de tóxicos (exceso de alcohol, tabaco): Resecan las mucosas respiratorias, lo que dificulta la correcta circulación del aire.
Apnea del sueño
Roncar puede ser síntoma de determinados problemas de salud, entre los que destaca el síndrome de apnea del sueño, que padecen aproximadamente 4% de los hombres adultos y el 2% de las mujeres, lo que supone en torno a un millón de afectados en España.
En este caso, los ronquidos son muy ruidosos e irregulares. La persona deja de respirar a intervalos variables, durante varios segundos y se despierta sobresaltada muchas veces durante la noche.
Ante estos síntomas es muy importante acudir al médico cuanto antes, puesto que la apnea del sueño, además de provocar una excesiva somnolencia durante el día, está ligadas a enfermedades cardiovasculares relacionadas con la falta de oxígeno.
Soluciones que sí funcionan
Habla con tu médico
- Pone en manos de tu médico de familia. Sabrá orientarte y te derivará a un especialista si es necesario.
- Si tu caso lo requiere, dispones de nuevos tratamientos con medicamentos y de diferentes dispositivos para eliminar los ronquidos de nariz y garganta. Úsalos solo bajo prescripción médica.
- Algunos casos debidos a alteraciones en la cavidad bucal y la faringe pueden requerir cirugía.
Sigue una dieta sana
- Evitar el alcohol y el tabaco.
- Te ayudará mejorar tus digestiones: haz cenas ligeras y al menos tres horas antes de irte a la cama.
Mantén buenos hábitos
- Aumenta el ejercicio físico para perder peso.
- Procura no dormir boca arriba.
“¡S.O.S., no puedo dormir contigo!”
Si roncar puede generar serios trastornos para la salud, no son menos importantes los que puede producir sobre la vida de pareja. Muchas veces son las esposas o compañeras de los roncadores quienes empujan a su cónyuge a acudir al médico tras haber intentado –sin ningún éxito...– dormir juntos en la misma habitación. De hecho, muchas mujeres pierden entre una y cinco horas de sueño a la semana por los ronquidos de su pareja. A veces el ruido es tan fuerte que se oye desde otras habitaciones e incluso en otras viviendas.
Si tienes el problema en casa o te ocurre a ti mismo, es hora de buscar remedio.
No es “lo normal”: Este problema debe ser considerado como una enfermedad, nunca como algo normal, y ni mucho menos es signo de estar durmiendo “a pierna suelta”. En realidad, roncar dificulta el descanso y puede llegar a afectar de manera seria a la salud.