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La rosácea es una enfermedad crónica cuyo principal síntoma es el enrojecimiento del rostro. Sin embargo, también puede cursar con irritación, espinillas y vasos sanguíneos dilatados. Suele afectar a la piel de la cara, pero también puede provocar picor en los ojos y, en un estadio avanzado, engrosamiento de la piel e hinchazón y enrojecimiento de la nariz. La rosácea no es grave, pero puede afectar a la autoestima del paciente, porque este tiende a enrojecer en diversos momentos del día. Se desconocen las causas de la rosácea, y no tiene cura, pero los brotes se pueden prevenir y sus síntomas, minimizar. Te explicamos cómo.
Factores que la agravan
Ambientales. La rosácea puede empeorar por una exposición directa al sol y al viento fuerte, a temperaturas frías, al polen, a la polución...
Psicológicos y hormonales. El estrés puede disparar los procesos inflamatorios de la piel, y el descenso hormonal de la menopausia debilita los capilares, lo que puede desencadenar brotes.
Externos. Algunas fragancias y detergentes pueden empeorar los síntomas de la rosácea, igual que el alcohol, los alimentos picantes y los quesos fermentados. También la lana o las prendas sintéticas impregnadas de tinturas pueden potenciarla. Y los baños calientes o las saunas están contraindicados.
Remedios que ayudan
Los remedios caseros para la rosácea te ayudarán a aliviar los síntomas, tanto en casos leves como junto con tratamientos prescritos por el médico, pero recuerda que requieren tiempo y constancia para obtener buenos resultados. Y para evitar interacciones entre ambos es mejor consultar con el especialista antes de utilizarlos.
Infusiones. De manzanilla. Haz una infusión y déjala enfriar. Humedece un paño y colócalo en las zonas del rostro donde lo necesites. Tiene efecto antiinflamatorio, antiséptico y calmante. De té verde. Realiza una infusión, déjala enfriar y aplica un algodón empapado en las zonas afectadas. También tiene propiedades protectoras y antiinflamatorias.
Probióticos. Consumirlos ayuda a controlar los microorganismos nocivos y a cuidar las bacterias beneficiosas para el intestino. Reducen los síntomas de la rosácea y el proceso de curación es más rápido. Puedes encontrarlos en alimentos fermentados o en cápsulas.
Aceites. De árbol de té. Puede reducir los síntomas leves y también las pústulas y granos, pues es desinfectante. Diluye unas gotas de aceite de árbol de té en 1 litro de agua y realiza un lavado del rostro. De jojoba. Muy útil
para revertir la sequedad del rostro tras un brote, pues lo hidrata y tiene propiedades cicatrizantes.
Vegetales. Aloe vera. Usa la pulpa de esta planta (o un gel puro) en la dermis afectada y aliviará la desinflamación, la irritación y el enrojecimiento. Pepino. Corta unas rodajas de pepino y aplícalas en las zonas afectadas durante 5 minutos. Te ayudará a reducir la inflamación y el enrojecimiento.
En ellos es más antiestética
La rosácea es mucho más frecuente en mujeres entre los 20 y los 50 años. Cuando afecta a los hombres, puede avanzar hasta fases más severas, que incluyen el rinofima (nariz roja e inflamada).
El factor emocional cuando afecta a la autoestima
Aparte de las molestias propias de este padecimiento, la rosácea también puede afectar a la autoestima. Los síntomas de la enfermedad pueden provocar que los afectados se ruboricen por vergüenza o ansiedad, lo que puede conllevar, en casos extremos, dificultades para conseguir trabajos que precisen del contacto directo con otras personas. Si eso te ocurre, puede ser de gran ayuda utilizar una crema para cubrir o reducir el enrojecimiento.