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Es paradójico. El Diente de León suele ser el martirio para cualquiera que sea amante de la jardinería. Es una planta perenne que, en general, es considerada como una mala hierba, ya que crece sin invitación previa en casi todos los rincones posibles. Sin embargo, esta supuesta "mala hierba" tiene numerosas propiedades medicinales.
Beneficios para ti
- Frente a la anemia: Por su alto contenido en hierro suele recomendarse para problemas de anemia.
- ¡Fuera toxinas! Son los principios amargos del Diente de León los que tienen la capacidad de actuar en el hígado y en la vesícula, evitando la formación de las molestas piedras, e incluso ayudando a disolverlas. Además, actúa en especial sobre tu riñón, facilitando la eliminación de toxinas a través de la orina.
- Piel radiante: También tiene beneficios para tu piel, ya que es capaz de eliminar las impurezas de la piel, debido a su riqueza en betacaroteno, que el organismo transforma en vitamina A, vitamina aliada y amiga de la piel.
- Cicatrizante natural: Se utiliza para el tratamiento de llagas, heridas e incluso hematomas por sus propiedades cicatrizantes.
Cómo puedes emplearla
- Al natural: Puedes tomarla como una verdura fresca más en tus ensaladas, aportando, a parte de sus vitaminas, un interesante sabor amago. ¡Pruébala!
- Infusión: Para eliminar las toxinas se suele tomar en infusión. Hierve 10 gramos de hojas de diente de león por taza de agua y cuélala. Las dosis de esta infusión suele tras cada comida.
- Con sus raíces: Las raíces del diente de león, tostadas y molidas son utilizadas como sustituto del café, por su contenido en ácido cafeico que sustituye a la cafeina, sin los inconvenientes que pueda causarte el café.
Aliada del cutis: Elimina las impurezas de tu piel gracias a su gran cantidad de beta-caroteno.