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Ya antes de la menopausia, 13 de cada cien mujeres tienen algún grado de pérdida de cabello. Por lo general, una disminución del grosor del cabello en la coronilla que suele deberse a temas hormonales. Pero en el climaterio la cifra aumenta al 75%, y llega al cien por cien a los 65 años. Sin embargo, las hormonas no son siempre la causa de la pérdida del cabello. Los cambios de estación y ciertos medicamentos (como los anticoagulantes, los antidepresivos y los hipotensivos) también influyen. Y hay más factores. Como estos:
Las patologías tiroideas
Si tu tiroides produce poca o demasiada o hormona tiroidea puedes sufrir, además de hiperactividad, irritabilidad, insomnio y sensación de frío y cansancio, una severa pérdida de cabello. La buena noticia es que ambas condiciones se tratan fácilmente. Y una vez resuelto el problema, el pelo vuelve a la normalidad.
La anemia
En las mujeres en edad fértil, la anemia es una afección común. La menstruación provoca que el número de glóbulos rojos o la hemoglobina en el torrente sanguíneo disminuya, con lo que las células y los órganos de su cuerpo no reciben la cantidad de oxígeno necesario. Y eso, cómo no, afecta al cabello.
El parto
A muchas mujeres, tras dar la luz, les invade la sensación de que se les cae el cabello más de lo normal. Esto es porque durante el embarazo, por los altos niveles de estrógenos, pierden menos pelo. Pero cuando los niveles de estrógenos disminuyen tras del parto, todo ese pelo adicional empieza a caer junto el cabello normal.
El excesivo adelgazamiento
Perder mucho peso de golpe también 'adelgaza' el cabello, especialmente si estás siguiendo una dieta estricta y no estás tomando las cantidades adecuadas de nutrientes.
Aunque perder peso y notar que el cabello adelgaza, también puede ser síntoma de un trastorno alimentario como la anorexia. En cualquier caso, los suplementos alimenticios son una buena manera de alimentar el cabello y evitar su prematura caída.