SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
- Cuidado de la higiene bucal: Debemos usar el cepillo de dientes, eléctrico o manual, dos veces al día durante dos minutos. También es recomendable el uso de seda dental, colutorio, raspador de lengua, cepillos interproximales… Y, por supuesto, acudir al menos una vez al año al dentista para mantener nuestra salud bucodental.
- Hidratación: Para un aliento fresco, es necesario hidratar la boca para evitar la sequedad que provoca el mal olor. Prueba con perlas de aceite, chicles y caramelos sin azúcar.
- Tomar menta, hierbabuena, anís, hinojo, tomillo, regaliz o ajenjo, ya sea en pequeñas semillas, masticados o en infusiones. Los zumos de cítricos (naranja, pomelo, mandarina y limón) también mejorarán el olor y gusto de nuestra boca.
- Evitar sustancias fuertes, como el tabaco, el café y el alcohol, así como ajo, cebolla, pepinillos, col, curry o queso de sabor y olor intenso.
- Dormir y comer lo suficiente: Pasar demasiadas horas sin comer, no mantener una dieta equilibrada o dormir pocas horas pueden provocar mal aliento, porque en todos estos casos se altera el proceso digestivo. Tenlo en cuenta.
Buscando la causa
La boca seca es la puerta de la halitosis, y por eso hay que beber el agua suficiente, al menos 2 litros diarios a lo largo de la jornada, empezando por la primera hora de la mañana, que es cuando más intensamente se manifiesta la halitosis.
- El mal aliento puede aumentar con la edad: conforme cumplimos años, nuestra boca produce menos saliva y se altera el instinto natural de la sed, por lo que los mayores no suelen tener ganas de beber.
- Ciertos medicamentos (como los antidepresivos) provocan más sequedad bucal.
- También puede deberse a problemas del aparato respiratorio (amigdalitis, sinusitis, etc.), o bien ser síntoma de úlceras, tumores, reflujo (hernia de hiato) o diabetes.
Si el problema persiste, la raíz del problema puede ser un trastorno digestivo o bucodental. Consulta a los especialistas para encontrar la mejor solución.