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El aire y el polen que respiramos, los días más largos, los cambios hormonales, los exámenes… Esos son solo algunos de los cambios que experimentamos cuando llega la primavera y los que provocan los casos de esta particular ‘triple A’ de la salud formada por la astenia, la alergia y la alopecia primaveral. Tres patologías que no suponen serios peligros para la salud, pero que sí provocan malestar de distinto tipo.
En el caso de la astenia, ni siquiera era reconocida como tal hace unos años por gran parte de la población, pero según datos manejados por el sector sanitario, la mitad de la población española dice encontrarse agotada psíquica o físicamente en algún momento de la estación, cuando nuestro biorritmo necesita una fase de adaptación para acostumbrarse a estos nuevos horarios.
¿Hay, entonces, más casos ahora que antes? Salvador Tranche, vicepresidente de la Sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), nos aporta un interesante punto de vista: «Lo que sí puede ocurrir es que se consulte más por la creciente tendencia a medicalizar aspectos normales de la vida. Lo que antes reconocíamos como un proceso transitorio, banal, ahora nos parece que precisa de valoración médica».
Una cuestión ambiental
En el caso de la alergia, el doctor Pedro Ojeda –de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC)– destaca cómo no se ha detectado un incremento especial de alergia al polen, afección en la que, lógicamente, influyen variables climáticas y geográficas. «Tanto el tipo de manifestación alérgica como los tipos de pólenes se mantienen bastante estables a lo largo de las décadas; lo que puede variar es la incidencia de personas que padecen alergias y que puede venir motivado de forma importante por las densidades de polinización de cada año». En este sentido, la Red Española de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología (www.polenes.com) proporciona a diario información muy valiosa para los que sufren esta enfermedad ante la que aún queda mucho por descubrir.
Respecto a la caída del cabello, se hermana con la astenia porque depende, en algunos casos, de factores como el estrés y, también, porque una correcta alimentación ayuda a prevenir o, al menos, a paliar el problema. Una de las causas de la alopecia es que en primavera empezamos a salir más y el cabello queda más expuesto a agentes externos que pueden degradarlo, aunque hay que determinar si, en última instancia, es un problema de ‘repuestos’ –cae, pero crecerá otro en su sitio– o algo más grave en el caso de que la caída dure más de tres meses. En ese caso, habría que consultar al especialista.
La mitad de los españoles dicen encontrarse agotados psíquica y físicamente en primavera
Astenia
No requiere medicación… porque no es una enfermedad, pero la padece un buen número de gente. Alimentación sana y equilibrada, descanso, ejercicio físico y actitud positiva contribuyen a que la astenia, si aparece, dure lo menos posible.
Un proceso breve y transitorio que no responde a un motivo concreto y que incluso puede ser la respuesta del organismo al estrés o al sobreesfuerzo físico o intelectual_. Esta definición, aportada por Salvador Tranche, vicepresidente de la Sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), recoge tanto el factor ocasional de este malestar como sus posibles causas directas: apatía, somnolencia, irritabilidad, cansancio, dificultad de concentración, alteraciones del sueño o del apetito…
Y entonces, ¿cómo se trata algo que no es propiamente una enfermedad? En este caso, el estilo de vida saludable es un factor clave. Tiene que basarse en horarios regulares de comidas y sueño. Dormir bien –unas ocho horas diarias–, llevar una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio físico contribuirán a recuperar, y mantener, el tono vital. Según una encuesta del Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO) a 2.400 personas, más de la mitad de la población se siente más cansada, con falta de energía y de concentración en primavera, con mayor incidencia en mujeres y personas alérgicas al polen. En estos casos, INFITO recomienda suplementos naturales, como la jalea real para contribuir a que la astenia no sea una molesta compañera de viaje.
¿Por qué en primavera? Las consultas a los médicos atención primaria aumentan en esta estación del año debido a la subida de las temperaturas y al incremento de horas de luz, lo que provoca en muchas personas alteraciones físicas y del estado de ánimo. En la mayoría de los casos, suelen remitir en menos de dos semanas, salvo que sean la antesala de problemas más serios. Como señala el doctor Tranche, “Es conveniente consultar con el médico de familia si la intensidad de alguno de los síntomas es importante; por ejemplo, si el cansancio es intenso de manera que limita la actividad ordinaria, existe una pérdida de peso importante, la alteración del sueño es muy severa o la tristeza repercute en la calidad del vida del paciente –tendencia al llanto, falta de ilusión, pensamientos de desánimo o desesperanza...–, y también si el cuadro se prolonga más allá de dos o tres semanas”.
Según el estudio de INFITO, esta afección es más frecuente en los que tienen entre 20 y 30 años (35%), seguidos de los que están comprendidos entre los 30 y los 40 (32%). En cuanto a la ocupación, son los trabajadores por cuenta ajena (40%) los que más cansancio acusan con la llegada de la primavera, seguidos por los estudiantes (23%), debido a la cercanía de la recta final del curso. En todos los casos, una actitud positiva y la conciencia de que es un trastorno transitorio, ayudarán a superar esta molestia estacional.
¿Qué dice el médico?
- ¿UN TRATAMIENTO…? Los médicos de familia aconsejan no tomar ningún medicamento. Es más, no los hay....
- CUANDO NO SE VA… En el caso de que los síntomas no remitan en 15 días, los especialistas aconsejan acudir a la consulta.
- SI SE HACE CRÓNICA... El síndrome de astenia crónica se define por la existencia de cansancio de más de seis meses de evolución y que produce una reducción mayor del 50% en la capacidad para realizar las labores habituales.
- NO ES LO MISMO… No hay que confundir la astenia con el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), que sí es una patología psiquiátrica reconocida.
¿Se puede prevenir?
Una alimentación saludable – y beber de uno y medio a dos litros de agua al día – junto con unos buenos hábitos de sueño ayudan a evitar o a paliar los efectos de la astenia. Además, una actividad física moderada y un descanso adecuado reducen los niveles de estrés.