Para regular la temperatura del cuerpo, eliminar toxinas, mantener hidratada la piel e incluso como reacción ante determinadas sensaciones psicológicas (nerviosismo, temor), el organismo pone en marcha un mecanismo natural: la sudoración.


En algunas personas, el sudor aparece en exceso y en zonas localizadas, lo que se denomina hiperhidrosis. Este trastorno se puede convertir en un serio problema que no sólo afecta a la salud, sino también a nuestro bienestar psíquico, porque nos puede poner en un compromiso ante los demás y, de esa forma, provocarnos inseguridad y ansiedad.

El origen del exceso de sudoración puede estar en algún trastorno en el organismo, como una producción demasiado abundante de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) o por el contrario un descenso importante en el nivel de glucosa en sangre.

Existen tratamientos con fármacos o con toxina botulínica (axilas). En el caso de las manos, la solución puede ser la cirugía: se secciona el nervio simpático, con lo que la persona deja de sudar en esa zona definitivamente, aunque la sudoración puede aparecer en otra parte del organismo, generalmente en el abdomen o la espalda. Para saber qué es lo que más nos conviene para tratar este problema, debemos consultar al dermatólogo.

Más frecuente en las mujeres

La hiperhidrosis no es una enfermedad de la piel, sino una alteración del nervio simpático, que emite señales más rápidas de lo normal, lo que acelera la sudoración. Más de 800.000 españoles la padecen, de los que más de la mitad (el 60 por ciento) son mujeres.

Se inicia en la infancia o la pubertad y suele durar toda la vida. Los casos severos surgen desde el nacimiento. Hay casos en los que no es posible identificar la causa médicamente, mientras que las hiperhidrosis secundarias están relacionadas con otro trastorno (como un desequilibrio hormonal, por ejemplo), que es el responsable de que se desencadene esa sudoración excesiva.

Las mujeres en la menopausia pueden tener una sudoración más abundante, sobre todo en cuero cabelludo y en la cara, para la que el dermatólogo puede encontrar un buen tratamiento.

Miedo a sudar

Las personas con exceso de sudor suelen tener dificultades para entablar relaciones sociales y laborales. Es el caso de quienes tienen siempre húmedas las palmas de las manos. Para ellos, estrechar la mano a otra persona al saludar o entregar un documento en papel les hace pasar vergüenza, porque sudar mucho da una falsa sensación de inseguridad. Lo mismo ocurre si el sudor excesivo aparece en las axilas, porque éste mancha llamativamente la ropa y llega a desteñirla. En los pies, mucho sudor puede dar lugar a pie de atleta(hongos) o eczema.

 

 

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