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Seguro que ya sabías que un dolor de estómago o un malestar intestinal a veces es consecuencia de una situación de estrés, de nerviosismo o de angustia. Lo que quizá desconozcas es que una elevada tensión emocional mantenida en el tiempo –y más aún en casos de ansiedad o depresión– pueden desencadenar brotes o crisis en personas que padecen el síndrome del intestino irritable o colon irritable.
¿A quién afecta?
Este problema afecta a tres de cada cien personas. Aunque se desconoce la causa concreta que normalmente lo origina, es frecuente que aparezca en personas muy sensibles y perfeccionistas, compulsivas, dependientes, con sentimiento de culpa y con una intensa necesidad de aprobación social, siendo más frecuente en ellos la ansiedad que la depresión.
En otras ocasiones, el colon irritable sí tiene una causa directa identificable: puede producirse tras intervenciones quirúrgicas de aparato digestivo en las que ha habido una alteración anatómica. Con cierta frecuencia la persona afectada tiene antecedentes de este síndrome entre sus familiares.
Así se manifiesta
Uno de los síntomas es la presencia continua o intermitente, durante al menos tres meses, de dolor abdominal, que se suele aliviar con la defecación. Esta suele ser irregular, tanto en el ritmo (alternando diarrea y estreñimiento), como en la consistencia de las heces, que pueden ser líquidas, con mucha flatulencia o acompañadas de dolor. Ante estas molestias, no tardes en consultar a tu médico.
La alimentación es clave
- Aumenta... el consumo de alimentos ricos en fibra (pan integral, frutas con piel y verduras). Combina carnes magras y pescado. Bebe mucha agua.
- Evita... las bebidas gaseosas y alcohólicas, los alimentos flatulentos (como las legumbres, la col o la coliflor) y el exceso de grasa (carnes rojas, bollería industrial, etc.)
Todo bajo control
- Haz ejercicio físico. Camina como mínimo media hora al día para aliviar el estreñimiento.
- Es aconsejable ir al baño después del desayuno, así como evitar el uso de laxantes.
- Aplica calor suave sobre la zona abdominal.
- Evita los momentos de estrés y nerviosismo, siempre que sea posible. Te ayudará mucho practicar alguna técnica de relajación (yoga, meditación, taichi…).
- Come varias comidas ligeras (si puede ser, cinco) al día, siempre a las mismas horas, y sin hacer excesos. Recuerda que la comida debe masticar despacio, para digerir más fácilmente los alimentos.