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Largas noches sin pegar ojo, caminatas por los pasillos de casa, hormigueo, pinchazos y dolores en las piernas… y un irrefrenable impulso de moverlas. Es el duro día a día de una persona que sufre síndrome de piernas inquietas, que afecta en mayor proporción a mujeres. Puede comenzar a cualquier edad, aunque la mayoría de los pacientes severamente afectados tienen en torno a 40 años, y las molestias parecen aumentar con la edad.
“Baile” nocturno
El síndrome de piernas inquietas aparece, por lo general, en situaciones de reposo, sobre todo durante el sueño. Para sentir alivio del constante hormigueo, dolor y pinchazos que provoca, los afectados tienen que ponerse de pie y moverse, por lo que suelen pasar largos ratos durante la noche caminando o dándose masajes en las piernas. Mientras duermen, dan patadas involuntarias, y cada sacudida provoca un microdespertar que les impide descansar.
La mayoría de los afectados se lamentan de que su trabajo, sus relaciones personales y sus actividades cotidianas se deterioran debido al agotamiento y la somnolencia constantes que padecen, dado que les cuesta mucho más de lo normal concentrarse y tienen fallos de memoria. También les afecta en lo emocional, porque no poder descansar les vuelve irritables.
Dopamina y genética
Según las investigaciones, es posible que el origen sea un trastorno del sistema nervioso central por un descenso de dopamina, un neurotransmisor cerebral necesario para la realización y coordinación de los movimientos. En la mayoría de los pacientes, el origen de este trastorno es genético. Asimismo, puede asociarse al embarazo, a la artritis reumatoide, a una insuficiencia renal avanzada o a la diabetes mellitus.
Recupera tu calidad de vida
Existen fármacos que alivian los síntomas. Aunque no curan la enfermedad, estos tratamientos permiten mejorar mucho la calidad de vida. Si te han diagnosticado que padeces el síndrome de piernas inquietas, verás como te ayudan estos sencillos consejos:
- Elimina las bebidas excitantes (café, té…).
- Procura hacer comidas ligeras, especialmente las cenas.
- Si fumas, déjalo.
- Comienza y acaba el día con estiramientos de piernas. Te vendrá bien aprender técnicas de relajación, como el yoga, el taichi, la musicoterapia o la acupuntura, entre otras.
- No reprimas la necesidad de moverte, ya que alterará tus nervios y es posible que los síntomas empeoren aún más.
MÁS INFORMACIÓN: Asociación Española de Pacientes con Síndrome de Piernas Inquietas www.aespi.net