Aunque conozcas los ricos en hierro, su asimilación por parte de tu organismo puede variar.

Para prevenir o superar una anemia, el hierro es un mineral imprescindible. Nuestro cuerpo lo necesita para producir las proteínas hemoglobina y mioglobina (que se encuentran en los glóbulos rojos y los músculos respectivamente), y que ayudan a llevar y almacenar oxígeno en el cuerpo.

¿Quiénes la padecen?

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad afecta al 24,8% de la población. La causa más frecuente es la falta del hierro, normalmente debido a la ausencia de dicho mineral de la dieta. Suele ser más común en mujeres que en hombres, por la pérdida de sangre durante la menstruación o con el embarazo, y también en el caso de mujeres deportistas que practican mucho ejercicio.

Al contrario de lo que probablemente pensabas, la auténtica fuente de hierro la encontrarás en los productos de origen animal más que los de origen vegetal, ya que se ve inhibido por la fibra.

La más completa

La carne roja, por ejemplo, es la que más hierro contiene. Sin embargo, no deberías abusar de esta por su incidencia en el aumento del colesterol y su abundancia en grasas saturadas. Si se mezcla algo de carne magra, pescado o carne de aves con legumbres o verduras de hojas oscuras en una comida, se puede mejorar hasta tres veces la absorción de hierro de fuentes vegetales como las espinacas.

Opción vegetal

Quizás el alimento más famoso para combatir la anemia sea la espinaca. ¡Y con razón! Contiene 4 mg por cada 100 gramos. Otras verduras ricas en hierro son el brócoli, las coles y los espárragos. Si las tomas junto a un zumo de naranja, absorberás más su hierro.

Tu aliado, la vitamina C

Este nutriente antioxidante dobla la absorción del hierro ofrecido por los alimentos vegetales. Puedes encontrar esta vitamina en los cítricos, las fresas, los tomates y las patatas. Cocinar alimentos en una sartén de hierro fundido también puede ayudar a aumentar la cantidad de hierro que se aporta.

Por el contrario, algunos alimentos reducen la absorción de hierro. Por ejemplo, los tipos comerciales de té negro o té pekoe contienen sustancias que se fijan al hierro que se consume en la dieta, de tal manera que el cuerpo no lo puede utilizar.

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