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Asegura el dicho: «Si no lloviese en febrero, ni buen guisante ni buen centeno». Así que más vale que los cielos nos sean propicios este mes para que, en primavera, podamos disfrutar de esta legumbre tierna, dulce, de intenso y fresco color verde. A lo largo de todo el año, podemos consumirla en conserva o ultracongelada, pero nada es comparable al delicado sabor de los guisantes recién desenvainados.
Y si esta oda organoléptica no es suficiente para convencerte de sus virtudes, quizá lo sean sus propiedades: el guisante mejora la salud cardiovascular y contribuye a controlar los niveles de azúcar, pues, como otras legumbres, vierte de forma gradual glucosa en el torrente sanguíneo.
Ideal para adelgazar
Sus propiedades antiglucémicas los hacen adecuados para personas diabéticas, y también para niños y deportistas, así como para aquellos que estén haciendo dietas de adelgazamiento, ya que al dosificar la glucosa, nuestro cuerpo tiene una sensación de saciedad durante más tiempo. Y su fibra también ayuda a limpiar las paredes intestinales de sustancias cancerígenas.
Cuando los compres, elige los jóvenes y pequeños, pues son más tiernos y ricos en proteínas y vitaminas. Lo ideal es que los consumas nada más comprarlos, preparados en ensalada o con cereales hervidos. Si los cocinas, es mejor que los hagas al vapor o cocerlos con poco líquido para evitar que sus vitaminas se vayan al hervirlos.
Los guisantes también pueden consumirse secos. En ese caso, su contenido calórico es mucho mayor, pero también tienen más proteínas, fibras y minerales. Sin embargo, poseen menos vitamina C que los tiernos. Pese a sus demostrados beneficios, los guisantes tienen un pero: son algo indigestos y provocan flatulencia por ser ricos en azúcares complejos que se asimilan con cierta dificultad.
¿Sabías que los guisantes combinados con cereales aportan proteínas capaces de reparar tejido corporal?
Agua, hidratos, vitaminas y muy poca grasa
Los guisantes frescos son agua e hidratos de carbono. Cien gramos proporcionan 78 de agua, 11,3 de hidratos, 0,4 de grasa, y solo 90,7 kilocalorías, por lo que pueden incluirse en dietas de adelgazamiento. Es uno de los vegetales frescos con más proteínas (siete gramos por cada cien), aportan fibra y gran cantidad de vitaminas C, B1, B2 y B3, carotenos y ácido fólico.
6 beneficios saludables de los guisantes
- SON CARDIOSALUDABLES. Tienen propiedades vasodilatadoras y sus fibras solubles arrastran la grasa y el colesterol de las arterias. Además, sus altas concentraciones de vitamina C, calcio, magnesio, fi bras, lecitina, genisteína y ácidos (málico, oleico y linoleico) alejan las enfermedades cardiovasculares.
- PREVIENEN EL CÁNCER DE COLON. Sus fibras insolubles favorecen el peristaltismo intestinal, previenen el estreñimiento y limpian las paredes del intestino de sustancias potencialmente cancerígenas.
- REGULAN LOS NIVELES DE GLUCOSA. Al verter glucosa de forma gradual en la sangre, ayudan a controlar los niveles de azúcar. Por ello, disminuyen la dependencia de la insulina en la diabetes. Gozan de componentes antiglucémicos como la vitamina C, los ácidos salicílico y nicotínico, cromo y manganeso, pectina, niacina y triptófano.
- REPARAN EL TEJIDO CORPORAL. Son ricos en legumina –una proteína vegetal que contribuye al desarrollo y la renovación celular– y en magnesio, necesario para la síntesis de proteínas, lo que protege los tejidos corporales y retrasa el envejecimiento celular.
- COMBATEN LA OSTEOPOROSIS Y LAS ANEMIAS. Contienen hierro –adecuado para prevenir anemia–, así como calcio y fósforo, buenos para la formación de huesos y para evitar la osteoporosis.
- PROTEGEN EL SISTEMA NERVIOSO. Son ricos en vitaminas del grupo B, como la tiamina, que aporta al sistema nervioso la glucosa que necesita para nutrirse, o la niacina. Proporcionan ácido fólico, que combate la depresión y el mal humor.
Para que conserven todas sus vitaminas, cocínalos al vapor o hiérvelos con poco agua.