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Han sido expulsadas injustamente de muchas dietas, en especial de las personas con cierto sobrepeso y con diabetes. Sin embargo, si conoces un poco más de cerca a estos pequeños frutos rojos observarás que su contenido en azúcares y calorías son similares al de otras frutas, como por ejemplo las mandarinas o las peras.
Elige la tuya
Son cientos los tipos de cereza que existen, aunque los más comercializados y más comunes son:
- Cerezo dulce (Prunus avium): Napoleón, crujientes, grandes, doradas rojizas o Royal Annes, Tartara Negra, Burlat, Ambrunesa, Starking, Summit, Lapins, Vittoria, Van (California), Picota, Sandy.
- Cerezo agrio o Guindo (Prunus cerasus): Montmorency, Richmond, Morello.
- Cerezo Duke: híbrido.
Qué puede hacer por ti
- Diabéticos, sí: Las cerezas han estado durante muchos años desterrados de la dieta de las personas con diabetes. Hoy se sabe con absoluta certeza que todas las frutas tienen cabida en ambos tipos de situaciones. La clave para disfrutar del sabor y las propiedades nutricionales de la fruta está en ser comedido con la cantidad.
- Antioxidantes: Ayudan a mantener tersa y bien nutrida tu piel. Por otro lado, son excelentes para contrarrestar los efectos dañinos y de envejecimiento. Las cerezas son frutas que destacan por su riqueza en antioxidantes, nutrientes que tiñen de rojo su pulpa y su piel.
- Diuréticos: Los tallos de las cerezas, tomados en infusión o en polvo, tienen un efecto diurético.
- Relajante natural: Son un tipo de fruta recomendable para descansar mejor, ya que tienen altas cantidades de melatonina, una sustancia que interviene en el estado de ánimo y es capaz de aportar tranquilidad y calma.
- Controla la hipertensión: Esa sensación de calma también se relaciona con la capacidad de estas frutas para regular la presión sanguínea. Por tanto, son ideales para las personas que padecen de hipertensión.
- Ayuda a tus músculos: Las cerezas y las guindas, entre otros frutos rojos, son perfectas para acelerar la recuperación muscular de los atletas tras una dura sesión, gracias a unas sustancias denominadas antocianinas.
- Atentas, embarazadas: Un puñado de 150 gramos de cerezas proporciona unos 50 microgramos de ácido fólico, lo que contribuye en un 10% a satisfacer las necesidades vitamínicas durante los meses de embarazo.
Un zumo, batido o crema de cerezas mezcladas con fresas o frambuesas y zumo de naranja multiplica por tres el contenido de ácido fólico y puede ser un tentempié refrescante que acompañe al desayuno o al bocadillo del almuerzo o de la cena.
Qué debes saber
- Consejos para la compra: Fíjate que no tengan manchitas marrones ni que estén arrugadas. Si las compras envasadas observa su clasificación: por tamaño y calidad.
- Cómo conservarlas: Sin están un poco verdes se deben dejar fuera para que maduren. Si ya están maduras se deben guardar en la nevera sin sobreponerlas. Aguantan 2 ó 3 días.
- No son recomendables en grandes cantidades, si tienes problemas renales.
- La industria conservera hace uso de ellas (licores, macedonias, turrones, chocolates…)
- También hay recetas artesanales sobre estas preparaciones.