Tareas escolares. Vacaciones sin perder el ritmo

Está claro: divertirse y descansar son las prioridades en vacaciones. Sin embargo, conviene marcar unas pautas de ejercicios y hábitos, que no deberes, para que la vuelta al colegio sea lo más fácil posible.

«La palabra vacaciones parte de la misma raíz que otras como vacante y vacío… es decir, que hay que desconectar, algo que, de hecho, ayudará a la creatividad». Rossano Simeoni, jefe de estudios del Colegio Público Joaquín Costa, en Madrid, destaca la necesidad de establecer un periodo de descanso después de un curso escolar en el que «ha habido clases, pero también actividades extraescolares y competiciones que llegan a cansarles». Un aspecto en el que coincide Adolfo Pastor, pedagogo y profesor de ESO con una dilatada experiencia, tanto en cursos escolares como en campamentos de verano: «Tanto los padres como los profesores tenemos que ser conscientes de que en muchos casos los estudiantes cumplen con creces con sus obligaciones durante todo el curso y es necesario que disfruten de un buen descanso para afrontar el próximo año».

Por ello, los profesionales de la enseñanza preparan, cada final de curso, unas indicaciones para el verano, como una orientación en ejercicios, lecturas recomendadas y actividades para que los niños –con la necesaria participación activa de sus padres– afronten el nuevo curso con mejores garantías. El propio colegio Joaquín Costa ofrece, por ejemplo, a los alumnos que van a comenzar sexto de Primaria, una lista de sugerencias de libros para leer, cuadernos de ejercicios de lengua y matemáticas y todo tipo de aplicaciones para aprender y consolidar conocimientos de la manera más práctica y divertida posible.

La oferta de propuestas estará adaptada a las necesidades de cada edad: si en infantil se tiende a actividades más experienciales, en los pasos de Primaria a ESO y de ESO a Bachillerato conviene ‘entrenar’ un poco más para repasar conceptos y afrontar etapas tan importantes en la formación personal.

En todo caso, los especialistas recomiendan un periodo de vacaciones cien por cien, de unas dos o tres semanas, antes de proponer tareas de cara a la vuelta al cole.

Aprender jugando

En este periodo de descanso, lengua y matemáticas son fundamentales como asignaturas troncales, instrumentales, y por ello, los expertos aconsejan realizar ejercicios en los cuadernos para el verano que venden diversas editoriales, o elegir en la amplia oferta educativa on line. Pero siempre de la manera más práctica posible. Pon a funcionar la imaginación para inventar juegos y entrenar distintas habilidades. Como señala Rossano Simenoni en el caso del inglés: Es una buena época para aprender o refrescar conocimientos del idioma a través de canciones, series de televisión, películas... Para que el cansancio acumulado y la lógica tendencia a olvidarse del colegio no hagan mella en la vuelta al nuevo curso, Adolfo Pastor recomienda una eficaz mesura: Es recomendable que trabajen poco, pero de forma regular durante todo el verano, ya que el objetivo final será no perder las destrezas adquiridas durante el curso y en ningún caso ampliar conocimientos.

Según su edad

Los especialistas consultados coinciden en señalar que en la etapa infantil el trabajo en verano debe ser experiencial, basado en el juego, acorde a una etapa en la que el niño se está acostumbrando al entorno y a nuevos conocimientos. A partir de ahí, cada ciclo educativo tiene sus particularidades a la hora de no perder el ritmo durante las vacaciones. El pedagogo y profesor de la ESO Adolfo Pastor señala las pautas:

1. PRIMARIA. Las tareas estarán enfocadas a la lectura, escritura, cálculo y razonamiento de problemas. El éxito reside en no agotar al alumno con trabajo rutinario, y es aconsejable alternar diferentes tareas: por ejemplo, un día bastará solo con leer; otros, será suficiente completar algunas páginas del cuadernillo de problemas, escribir una redacción, realizar cálculo mental o buscar alguna app interactiva...

2. ESO. Se puede dedicar más tiempo a aquellas áreas en las que se han encontrado más dificultades a lo largo del curso, pero la idea es similar a primaria: variar las actividades. Pero, teniendo en cuenta que en estas edades nos encontraremos alumnos menos motivados, los días de trabajo se pueden espaciar, intercalando más jornadas de descanso. La lectura seguirá siendo obligatoria.

3. BACHILLERATO. Debido a la madurez del alumno en esta etapa educativa, los ritmos de repaso y trabajo son totalmente dependientes de las necesidades específicas de cada uno, no siendo necesario un esfuerzo continuado.

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