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El privilegio femenino de la maternidad conlleva una consecuencia cada mes: la menstruación. Se calcula que alrededor del 70% de las mujeres padecen alguno de los síntomas relacionados con lo que se conoce como síndrome premenstrual que, por lo general, desaparecen cuando empieza la regla.
Aunque a la gran mayoría las molestias les duran poco y son soportables, a algunas mujeres les afecta de tal manera que les limita su capacidad física impidiéndoles realizar sus tareas cotidianas.
Estos síntomas típicos del síndrome premenstrual se pueden aliviar en la mayoría de los casos con pequeños cambios en tus hábitos.
¿Te pasa a ti?
A las mujeres que padecen síndrome premenstrual comienzan a notar sus síntomas unos siete o diez días antes de la menstruación. Las molestias pueden ser diferentes y más o menos intensas. Las más comunes son:
- Dolor ocasional punzante en los ovarios.
- Hinchazón y sensibilidad en los senos.
- Retención de líquidos.
- Hinchazón abdominal.
- Dificultad para dormir.
- Cansancio, menor capacidad de concentración.
- Altibajos anímicos, ansiedad, mayor sensibilidad.
- Dolor de cabeza.
- Dolor articular y muscular.
- Trastornos estomacales, como diarrea o estreñimiento ocasionales.
- Aumento o disminución del apetito.
- Menor deseo sexual.
¿A que se debe?
Los días previos al inicio de la regla, el cuerpo experimenta una serie de cambios hormonales. Los niveles de hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) disminuyen drásticamente, hecho que influye en el equilibrio físico y emocional del organismo.
De la misma forma, las endorfinas y la serotonina, que son neurotransmisores que alivian el dolor y están relacionados con alteraciones emocionales, también experimentan un descenso durante el ciclo menstrual.
Esta puede ser la causa que provoca la aparición del síndrome; sin embargo, aún se investiga si se debe a estas alteraciones hormonales o existe alguna razón más. El síndrome premenstrual suele afectar especialmente a las mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 40 años, aunque ninguna mujer en edad reproductiva está libre de sufrirlo. Parece ser que el factor genético influye en su aparición, puesto que suele ser más frecuente en mujeres cuyas madres presentaron este cuadro.
¿Cuándo ir al médico?
Si las molestias que te produce el síndrome premenstrual te impiden llevar un ritmo de vida normal mientras duran sus síntomas, y los pequeños cambios en tus hábitos cotidianos no son suficientes para sentirte mejor, acude al ginecólogo para que estudie la conveniencia de ponerte un tratamiento específico.
- En ocasiones, además de paracetamol u otro tipo de analgésicos para el dolor, el médico receta un diurético para aliviar la retención de líquidos o anticonceptivos orales para regular los niveles hormonales, cuyos efectos varían dependiendo de la mujer.
- Pueden ser necesarios tranquilizantes suaves para disminuir el nerviosismo y la ansiedad. Esta clase de medicamentos solo deben utilizarse bajo prescripción médica.
- Por otro lado, se encuentran diversos remedios naturales, como el aceite de onagra, conocido por sus propiedades antiinflamatorias, que minimizan las molestias propias de la menstruación.
Alivio sin medicamentos
Ante un síndrome menstrual severo es importante acudir al médico para que trate el caso. En cambio, las mujeres a las que no les supone molestias excesivas pueden probar con alguno de estos consejos para que el síndrome premenstrual les resulte más llevadero.
Come bien. La deficiencia de vitaminas y minerales puede empeorar los síntomas. Por eso, cuida tu alimentación, ya que puede ayudarte a disminuir las molestias. En estos días tu organismo necesita hidratos de carbono (pasta, pan, arroz, cereales integrales).
Seguramente el cuerpo te pida dulces, dáselo con moderación. Puedes tomar entre horas unas pasas, unas ciruelas secas, orejones o un poco de chocolate (que reduce la ansiedad), antes que lanzarte a por la bollería industrial o el embutido. El plátano y los frutos secos también te sentarán bien.
Por el contrario, intenta evitar el café, el alcohol y la sal en exceso.
Haz ejercicio físico. Es cierto que durante los días previos a la menstruación aumenta el cansancio e incluso pueden doler las articulaciones y músculos, pero merece la pena hacer el esfuerzo, porque con la actividad física se generan endorfinas, hormonas que ayudan a liberar tensiones, a levantar el ánimo y a descansar mucho mejor.
Aplícate calor seco. De esta manera aliviarás el dolor de ovarios y de abdomen. Puedes hacerlo con una toalla caliente o con un saquito térmico diseñado para tal fin.
Bebe mucho agua. Ayudarás a tu organismo a depurarse y a evitar la retención de líquidos en los tobillos, cintura, piernas y manos.
Descansa todo lo que necesites. Planifica bien tus tareas del día para poder acostarte a una hora prudente y dormir las horas necesarias cuando te encuentres más cansada.
Algunas mujeres notan que algunos de estos síntomas se van haciéndose más severos entre los 40 y los 55 años, hasta la llegada de la menopausia.