Hidratantes. Aplícate la crema con cabeza

La efectividad de las cremas depende, en gran medida, en cómo las apliques. Te enseñamos los trucos para usar bien la hidratante y las claves para obtener un resultado óptimo.

¿De verdad es tan importante aplicarse de forma correcta la crema hidratante? Esta es la pregunta que se hacen decenas de mujeres. Y la respuesta es un 'sí' rotundo, porque de ese sencillo gesto no solo dependerá el nivel de hidratación de tu piel, sino también su forma de envejecer. Tu dermis tiene memoria, así que los gestos diarios, y la forma de realizarlos, repercutirán en su futura evolución. Por otro lado, a la hora de aplicar una crema hidratante hay tres factores que debes tener en cuenta: el cuánto, el cómo y el cuándo. Es decir, la cantidad de crema que necesitas, la forma en que debes aplicártela y el mejor momento para hacerlo. Te lo explicamos al detalle.

■ ¿Cuánta crema ponerte?

No mucha. Los fabricantes suelen indicar que la cantidad ideal es una nuez de producto, pero con el tiempo casi todas aprendemos a reconocer si nuestra piel necesita más o menos de esa cantidad en función de cómo se absorbe. También la estación del año y el grado de humedad del lugar donde vives influye en la evaporación del agua de tu piel y en la cantidad de hidratante que necesitas. Además, ten en cuenta que si usas algún tratamiento previo, como un sérum, necesitarás un poco menos de hidratante.

■ ¿Cómo hacerlo?

Preferiblemente usando únicamente la yema de los dedos índice y corazón, en paralelo y siguiendo siempre una línea vertical de abajo hacia arriba para ir fomentando poco a poco el efecto lifting. Haz este gesto en todas las áreas, incidiendo sobre todo en las mejillas, los pómulos y la frente. En la parte central de la frente y el entrecejo haz también pequeños toques con las yemas de los índices, al igual que en el hueso de la cuenca de los ojos. Para el cuello, en cambio, usa el dedo índice, el corazón y el anular para repartir la crema con suaves toques en horizontal siempre hacia arriba. Al aplicarte las cremas de este modo estimularás la circulación cutánea y, con el masaje, ralentizarás la aparición de arrugas y el descolgamiento facial. Si usas varias cremas en tu ritual de belleza diario recuerda que hay que usar primero las más ligeras y fluidas, como los sérum y el contorno de ojos, y al final las más densas. Las BB Cream y las CC Cream, además de hidratar el rostro, incorporan protección solar y corrigen imperfecciones con una textura más fina que la del maquillaje, lo que proporciona un efecto más natural.

■ ¿Cuándo?

Desde el principio de la adolescencia hasta los 25 años más o menos solo es imprescindible por la mañana, aunque si vives en un clima con poca humedad o tienes la piel seca deberías empezar antes. Después es conveniente hacerlo por la mañana y por la noche, aunque si tu piel tiene tendencia a ser grasa debes aplicar la crema sobre todo en la zona de las mejillas. Eso sí, no puedes olvidar que la limpieza del rostro es imprescindible
mañana y noche a cualquier edad.

En la ducha...

La piel pierde durante la ducha un 25 por ciento de su hidratación. Por eso los expertos aconsejan ducharse con agua tibia (nunca muy caliente) y no utilizar limpiadores agresivos.

Toma nota... ¿qué hidratante debo usar?

La que más se adapte a las necesidades de tu piel. Si tienes el cutis seco o muy seco necesitarás aplicarte a diario, mañana y noche, cremas enriquecidas y nutritivas con aceites. Este tipo de cremas suelen ser más densas y eso se nota en el tacto. Por otro lado, las hidratantes indicadas para la piel mixta suelen contener agentes específicos para no engrasar la piel en exceso y son más ligeras. Y las cremas idóneas para las pieles grasas suelen mostrar la frase «oil free» en el envase y su textura es aún más fluida.

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