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Todas las personas tenemos cierta cantidad de gas en el intestino (entre 100 y 200 ml en ayunas) que procede en su mayor parte de la fermentación de los alimentos llevada a cabo por las bacterias intestinales y, en menor medida, del aire que ingerimos a través de la boca (entre el 30 y el 60% del gas intestinal proviene del aire que tragamos), así como de la sangre. Cuando se altera el equilibrio entre la producción de gas y su eliminación mediante eructos o ventosidades, el gas se acumula en el intestino y da lugar a lo que, en términos médicos, se denomina meteorismo o flatulencia.
Aumentamos la producción de gas cuando:
- Comemos muy deprisa. Al ingerir la comida muy rápido, respiramos de manera incorrecta e ingerimos un exceso de aire al mismo tiempo sin darnos cuenta. Precisamente, la deglución excesiva de aire durante la alimentación es lo que da lugar a un exceso de gases en muchos lactantes, en cuyo caso es muy importante asegurar una buena succión, tanto del pezón y la areola mamaria en la lactancia natural, como de la tetina del biberón en la lactancia artificial.
- Tenemos alguna alteración en la estructura de la nariz que impide respirar de manera correcta. Las personas que respiran preferentemente por la boca suelen tragar más cantidad de aire de lo normal.
- Abusamos de la fibra. Esta fermenta en el estómago y puede aumentar los gases.
- Tomamos antibióticos. Estos medicamentos pueden alterar la flora intestinal que regulan la producción de gases.
Disminuimos su eliminación cuando existe cierta dificultad en el avance del aire por el intestino, lo que puede estar motivado por:
- Estreñimiento.
- Desequilibrios hormonales, como el síndrome premenstrual.
- Ciertos problemas ginecológicos (endometriosis, miomas uterinos...).
- Trastornos funcionales de la motilidad intestinal, como el colon irritable o síndrome del intestino irritable.
- Trastornos orgánicos del intestino, como la intolerancia a la lactosa.
En ocasiones, una excesiva flatulencia se puede relacionar con enfermedades del tracto digestivo o afecciones como la intolerancia al gluten.
Los síntomas
- Ruidos intestinales.
- Dolor abdominal (sensación punzante o en forma de retortijones). El dolor puede trasladarse a otras zonas, como el pecho o la parte baja de la espalda.
- Hinchazón del abdomen que obliga en muchas ocasiones a aflojarse la ropa.
- Eructos frecuentes (o dificultad para hacerlo).
- Ventoseo excesivo (o dificultad para hacerlo).
¿Seguro que son gases?
La presencia de estas molestias y su relación con la menstruación o con algunas de las situaciones descritas de aumento de producción o dificultad de eliminación, junto a una exploración física le suele bastar al médico para hacer el diagnóstico, pero en ocasiones hay que recurrir a pruebas complementarias (como ecografías, colonoscopias o análisis de sangre) para descartar que el exceso de gases esté motivado por cualquier otro problema de salud de fondo.
¿Cómo lo combatimos?
El cambio de ciertos hábitos de la vida diaria suele ser la clave principal para controlar los gases de manera efectiva:
- Reducir la ingesta de grasa.
- No abusar de los alimentos ricos en fibra.
- Limitar el consumo de productos edulcorados, puesto que los edulcorantes suelen aumentar la producción de gases.
- Evitar tomar alimentos flatulentos en los días premenstruales o en aquellos en los que flatulencia. Hablamos de las legumbres, las coles, la pasta o bebidas gaseosas (refrescos con burbujas, cerveza, etc.).
- Optar por los alimentos hervidos, al vapor, cocidos, a la plancha, al horno, en puré o rehogados. Son más digestivos.
- Beber y comer despacio, masticando bien la comida con la boca cerrada.
- No beber líquidos en posición acostada.
- Beber siempre en vaso, no directamente del envase ni con pajita.
- Evitar mascar chicle.
- Adelantar la hora de la cena para dar tiempo a que se complete el proceso de la digestión antes de ir a la cama.
- Ir al cuarto de baño regularmente. Si hay estreñimiento, acudir al médico para combatirlo adecuadamente.
- Hacer más ejercicio físico. Simplemente pasear o caminar a ritmo rápido puede ser de gran ayuda para movilizar el intestino y eliminar mejor los gases.
- No automedicarse. Existen fármacos antiflatulentos que ayudan a disminuir el volumen de gas, pero si el problema persiste, debe ser el médico quien valore la causa del problema e indique el tratamiento más adecuado.
Hinchadas como un globo
La mujer presenta diversos factores que predisponen a padecer flatulencia:
- Los cambios hormonales que ocurren durante cada ciclo menstrual favorecen su aparición, sobre todo los días previos a la regla. También cuando se llega a la menopausia, una de las quejas más frecuentes es la hinchazón y los gases. También el embarazo favorece la flatulencia por diversos motivos.
- La endometriosis o la presencia de miomas en el útero pueden dificultar la movilidad de las paredes intestinales y favorecer, por tanto, una acumulación excesiva de gases.
- El colon irritable o síndrome de intestino irritable es una de las causas principales de hinchazón abdominal, dolor y exceso de gases. Se estima que este problema lo padece un 20% de la población adulta, y siete de cada diez personas con este síndrome son mujeres. Estas alteraciones tienen sus correspondientes tratamientos, con los cuales se mejoran también las molestias relacionadas con la flatulencia.
Plantas que "te liberan"
- Manzanilla: Ayuda a aliviar los trastornos intestinales más comunes, y entre ellos, los gases. Puedes encontrarla sola o mezclada con anís verde, con lo que mejora su sabor y su capacidad antiflatulenta.
- Anís verde: Conocida también como hierba dulce o matalauva. Sus aromáticas semillas secas, además de tomarse en infusión, se pueden añadir a muchas comidas. Ayudan a combatir los gases y a mejorar las digestiones.
- Comino: Sus propiedades saludables para el aparato digestivo también se concentran en sus semillas. Se puede añadir en los alimentos o tomarse en forma de infusión.
- Hinojo: Eneldo es otro nombre que recibe esta planta. Su sabor y aroma recuerda al del anís. Sus aplicaciones son similares a las del comino.