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Situadas a cada lado de la vagina, entre los labios menores y la pared vaginal se encuentran dos glándulas, llamadas de Bartholino. Su importancia radica en que segregan una sustancia que contribuye a mantener lubricada la vagina, aunque esta función la realiza fundamentalmente la propia mucosa vaginal.
Si se obstruye el orificio por donde sale el líquido secretado por la glándula, ese líquido se sigue produciendo, pero se va acumulando y comienza a formarse un bulto o quiste que va creciendo hasta alcanzar el tamaño de una nuez o más grande. La consecuencia de este proceso es una sensación dolorosa, que puede ser bastante intensa, sobre todo con el roce de la ropa, al sentarse o caminar.
En algunos casos, la bartholinitis puede estar producida por una infección producida por bacterias que normalmente se encuentran en la piel, como la Escherichia coli, o en casos menos frecuentes por distintos tipos de gérmenes, como estafilococos, estreptococos o virus de transmisión sexual (clamidia, gonorrea).
Si tienes un quiste, ¡vigílalo!
Las glándulas de Bartholino también pueden obstruirse sin que exista infección. Estos quistes, en un principio de pequeño tamaño, suelen pasar desapercibidos y no suelen producir molestias significativas, pero normalmente suelen agrandarse o evolucionar hacia la infección si no se tratan.
Cuando aparecen, es muy conveniente acudir a la consulta del ginecólogo para que realice la exploración y las pruebas necesarias.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la bartholinitis depende del grado de inflamación:
- Antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios: En muchos casos, tomar estos medicamentos (solo por indicación del ginecólogo) es una medida suficiente para que la bartholinitis ceda espontáneamente. Si la hinchazón continúa aumentando, la glándula puede terminar liberando el líquido acumulado por sí misma, sin dar más problemas.
- Tratamiento quirúrgico: En caso de que la glándula afectada siga creciendo, produciendo importantes molestias y no drene por sí misma, el médico suele optar por realizar una pequeña incisión, a veces con la ayuda de un pequeño catéter que hay que mantener puesto durante el tiempo necesario hasta que se libere todo el líquido. Esta intervención se realiza en la consulta, de manera ambulatoria, sin molestias de importancia.
Si estos abcesos aparecen de manera recurrente, puede ser necesario realizar una intervención (marsupialización), que consiste en crear una pequeña abertura permanente para facilitar el drenaje de la glándula. Si esto no da buen resultado, se suele extirpar la glándula afectada, también sin ingreso hospitalario.
La piel del área genital es muy sensible. Si tienes cualquier alteración, la higiene diaria debe ser con productos con PH neutro para prevenir irritaciones
Otros bultos en la zona
Conviene aprender a distinguir una posible bartholinitis de otros tipos de alteraciones con síntomas similares que pueden aparecer en áreas próximas a los genitales, y que también es muy importante vigilar para evitar que se compliquen:
- Ganglios linfáticos inguinales inflamados. Estos ganglios, que forman parte del sistema inmunitario, se suelen palpar con facilidad en condiciones normales, porque son los más grandes que tenemos en el cuerpo. Miden aproximadamente un centímetro y medio, y tienen forma alargada. Cuando se inflaman pueden aumentar su tamaño de manera considerable, produciendo dolor de moderado a intenso.
Esta hinchazón puede deberse a una infección sin importancia, relacionada, con frecuencia con una infección en otra zona del cuerpo, como una faringitis o una amigdalitis. En otras ocasiones, puede deberse a la acción de ciertos medicamentos, a una enfermedad de transmisión sexual, o a la presencia de tumores benignos o malignos, entre otras causas.
Ante este tipo de inflamación, acudir al médico de familia para que haga un diagnóstico es importante, por si fuera necesario un tratamiento, como en el caso de las infecciones bacterianas, que se tratan con antibióticos. En las infecciones provocadas por virus solo se suelen tratar los síntomas. - Pelos enquistados (foliculitis). El vello del área genital puede enquistarse con la depilación. Algún pelo puede crecer de nuevo enroscándose bajo la epidermis si no consigue romper la barrera de la piel, formándose en el folículo piloso un bulto que se infecta con facilidad si se intenta acabar con él manipulándolo con las manos o con unas pinzas de depilar. Cuando los folículos pilosos están infectados, debemos acudir al médico, quien nos recomendará una crema antibacteriana para eliminar la infección. En caso necesario, el bulto se eliminará quirúrgicamente.
Para evitar estas infecciones, que pueden ser molestas, es importante rasurarse o depilarse con cera en la dirección del crecimiento del vello. También conviene usar ropa interior de algodón para favorecer una buena transpiración de la piel de la zona.
Los síntomas de la bartholinitis
Generalmente, la bartholinitis se manifiesta como un cuadro que comienza con dolor y una importante hinchazón de la vulva. La inflamación que produce es reconocible por estas características:
- Aparece en un lado de la vulva (a menudo, en el lado izquierdo).
- Es palpable y fluctuante.
- Se desarrolla con rapidez.
- El dolor que origina es importante.
- Aparece hipersensibilidad y enrojecimiento en la zona.
- En ocasiones, pueden romperse espontáneamente y dar lugar a una secreción purulenta.
La ropa interior y pantalones muy ajustados favorecen el exceso de sudoración y el desarrollo de bacterias que pueden causar algunas de estas alteraciones