Se estima que en torno a veinte de cada cien mayores que viven solos en sus hogares ingiere menos de 1.000 kilocalorías diarias...

Algunos problemas de salud, la falta de apetito, la pereza por cocinar para uno solo y hasta la crisis económica hace que las personas mayores que viven solas en sus hogares estén entrando en riesgo de desnutrición, ya que, según asegura la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, cerca de un 20% de las personas mayores que viven solas en sus domicilios ingiere menos de 1.000 kilocalorías diarias.

Esta ingesta resulta insuficiente para cualquier persona mayor. Según los geriatras, las calorías recomendadas dependen de la situación de salud del anciano y del peso y en general se consideran necesarias unas 25-35 kilocalorías por kilo de peso y día. Estos cálculos aumentarían según el grado de actividad física y en situaciones de enfermedad. Por ejemplo, una persona de unos 70 kilos de peso debería ingerir entre 2.100 y 2.500 kilocalorías diarias.


SALUD BUCODENTAL

Las razones por las que las personas mayores comen menos de lo que necesitan son muy diversas, pero una de las más frecuentes es la pérdida de piezas dentarias y otros trastornos de salud bucodental. Si pasar por una revisión anual en el dentista es una norma de obligado cumplimiento a todas las edades, mucho más importante es cuando en la edad avanzada, para prevenir caries, problemas en las encías, pérdida de piezas, llagas y cualquier otro tipo de alteración que pueda impedir una adecuada masticación. Si ya se ha producido una pérdida de dientes, es importante reponerlos, ya sea mediante implantes o con prótesis. Asimismo, es útil realizar una limpieza bucodental profesional, para minimizar los riesgos de infección e incluso facilitar la percepción de los sabores.


DIFICULTAD PARA TRAGAR

Trocear o triturar los alimentos y utilizar espesantes en las preparaciones más líquidas para minimizar el riesgo de aspiración son medidas eficaces para mejorar la dificultad que tienen muchos mayores para tragar. También es fundamental consultar al médico si los fármacos que se toman tienen alguna relación con esta dificultad, ya que muchos medicamentos son responsables de ciertos efectos adversos en el aparato digestivo. En caso de que así sea, muchas veces es posible modificar el tratamiento.

Consejos para ponértelo fácil

  • CARNES: Prepáralas de forma que sea más sencilla su masticación (en albóndigas, croquetas, etc.). No debes dejar de comerla porque es fuente esencial de proteínas de excelente calidad para tus músculos y de hierro.
  • PESCADOS: Cocínalos al vapor, cocidos o a la plancha, retirando las espinas. También debes incluirla en tu dieta porque aporta nutrientes tan importantes como el fósforo o el omega 3.
  • HUEVO: Hazlo cocido, revuelto, en tortilla o pasado por agua. Te sentará mejor que frito y te resultarán más fáciles de comer y de masticar. Este alimento es esencial por ser fuente de proteínas, vitaminas y aminoácidos esenciales.
  • LÁCTEOS: Además de leche (mejor si es semi o desnatada), consume queso fresco y yogures, que son importantes fuentes de calcio, esencial para unos huesos fuertes.
  • LEGUMBRES: Las tomarás más fácilmente en forma de puré si tienes dificultades de masticación y deglución. Aportan mucha fibra, por eso debes incluirlas en tu alimentación.
  • VERDURAS Y FRUTAS: Tómalas en forma de puré o cocidas. O bien cortalas en trozos pequeños para masticarlos y tragarlos mejor. La fruta puedes tomarla mejor en zumo sin colar (para no eliminar la fibra) o de licuado. Ya sabes que todos los vegetales son fuente de vitaminas antioxidantes y minerales.

 

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