El centro que elijamos para nuestros mayores debe cumplir con una serie de requisitos que debemos tener en cuenta. Y hay que contar en todo momento con la conformidad del propio mayor interesado.


El ritmo de vida actual impide a muchas familias atender debidamente a sus mayores, sobre todo si ellos han dejado de valerse por sí mismos. En estos casos, recurrir a una residencia puede constituir la mejor solución para ambas partes.

Estos centros proporcionan a sus usuarios una atención integral.Según la especialidad y categoría  de cada residencia se ofrecen diferentes servicios. La mayoría de ellos, además de personal médico y de enfermería, cuenta con terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y expertos en nutrición gerontológica.

Además, muchas residencias contemplan la posibilidad de utilizar sus servicios solo durante el día (como centros de día) o de pasar estancias cortas (días, semanas o periodos vacacionales).

Antes de elegir residencia, es necesario informarse debidamente sobre sus requisitos de acceso, sus normas reguladoras y sobre quién recae su tutela e inspección.

Residencias públicas

Obtener una plaza en una residencia pública no es tarea fácil, porque su número es muy reducido frente a la oferta de residencias privadas y también porque los requisitos de entrada son muy excluyentes. Hasta hace poco tiempo, el criterio principal para establecer el acceso era la pensión percibida por el solicitante, esto suponía la exclusión de muchos pensionistas que, si bien superaban el máximo exigido, con sus ingresos no podían costearse una residencia privada. Para evitar esta discriminación, se decidió cambiar el baremo y valorar prioritariamente las necesidades asistenciales de las personas mayores.

Las residencias pueden ser para “válidos” (personas capaces de realizar tareas cotidianas), para “asistidos” (que necesitan de cuidado y vigilancia de otras personas) y mixtas (que acogen a ambos tipos de residentes). Quedan excluidas del sistema aquellas personas con enfermedades crónicas o infectocontagiosas que requieren de asistencia hospitalaria, para lo cual existen centros sanitarios especiales.

Residencias privadas

Las residencias privadas en España pueden ser con ánimo de lucro o sin él. La mayor parte de las primeras se engloban dentro de la Federación Nacional de Residencias Privadas de la Tercera Edad (FNRPTE), mientras las segundas están registradas como organizaciones no gubernamentales (ONG) o como pertenecientes a diferentes órdenes religiosas, que obtienen su financiación mediante legados y donativos.

En España, ante la falta de un sistema clasificador propio para este tipo de centros que tenga en cuenta la calidad o la preparación de su personal, entre otros aspectos, han proliferado numerosas residencias privadas ilegales o que no disponen de todos los servicios necesarios o con la calidad requerida. Para comprobar la legalidad de un centro, hay que cerciorarse de que cuenta con el documento de autorización administrativa emitido por la comunidad autónoma correspondiente, que debe estar expuesto en el propio centro en un lugar visible, junto a una lista de precios máximos autorizada y actualizada.

Además, toda residencia debe hacer constar en el contrato todas sus condiciones claramente definidas, entre ellas que en ningún caso admitirá a residentes que no acepten libremente su ingreso.

Asegúrate de estar en buenas manos

Tanto si se quiere optar por una residencia pública como si se prefiere una privada, conviene realizar una visita al centro para:

  • Analizar su ubicación y si el edificio, las habitaciones y el mobiliario responden a las necesidades de nuestro familiar mayor.

  • Conocer in situ al personal encargado y a los residentes, informarse sobre los medios humanos y técnicos con los que cuentan, evaluar la asistencia sanitaria que ofrece y, y lo que no es menos importante, tener la oportunidad de hablar con familiares de residentes para conocer su opinión sobre el centro y poder hacer una valoración más precisa.

  • Es conveniente pedir una copia del reglamento interno por el que se rige la residencia y leer detenidamente todas las cláusulas del contrato antes de firmarlo.

  • Si es posible, la persona mayor que va a residir en el centro debe acompañar a sus familiares en esta visita. Su opinión debe ser tenida en cuenta y nunca ser obligado a ingresar en una residencia que no sea de su agrado.

Una residencia de mayores debe hacer posible que mantengamos al máximo nuestra autonomía personal.

 

TELÉFONO DE ATENCIÓN

900 818 779

contacto@clubgentesaludable.com

 


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Apdo. Correos 8106

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