SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
De nada sirve tener en casa un armario lleno de medicamentos que hemos usado solo alguna vez y que guardamos “por si acaso” nos volvieran a hacer falta, como si nuestra casa fuera una auténtica farmacia. La gran mayoría de ellos –totalmente olvidados a pesar del espacio que ocupan– terminan caducando y no nos queda más remedio que deshacernos de ellos. En cambio, lo que en todos los hogares debe haber siempre es un botiquín completo, provisto de fármacos y material de cura que sí nos pueden resultar útiles en cualquier momento para poner remedio a diferentes pequeñas dolencias, sobre todo si hay niños pequeños en casa.
Su contenido básico
Especialmente en verano, asegúrate de que en tu botiquín no faltan estos elementos:
- Gasas estériles, tiritas resistentes al agua, tijeras, algodón, vendas suero fisiológico y productos antisépticos. Para las pequeñas heridas, como cortes y rozaduras. Este material de cura nos servirá para limpiar la herida, desinfectarla y protegerla convenientemente.
- Un medicamento para el mareo. A algún miembro de la familia le puede resultar necesario en los desplazamientos en coche, en barco, en tren o en avión.
- Crema solar. Es imprescindible para estos meses estivales, en los que la exposición solar es más peligrosa. Conviene tener uno de factor de protección muy alto (50+) al menos para los primeros días. Cuidado: estas cremas no valen de un año para otro, tienen una duración de doce meses.
- Repelentes de insectos y crema para las picaduras. En verano, los mosquitos, avispas, tábanos y otros bichos que pican, incluidas las medusas, hacen de las suyas más que nunca. Estos fármacos conseguirán que no supongan tanto problema. Hay que llevarlos en el botiquín sobre todo si viajamos a regiones donde abundan estos molestos animales, como las zonas húmedas o rurales.
- Antihistamínicos. Si sabemos que las picaduras de algún insecto en particular o el contacto con alguna planta nos produce una reacción alérgica, es indispensable llevar estos medicamentos, previamente indicados por un médico.
- Medicamentos para el alivio de pequeños problemas digestivos, como la acidez estomacal, las digestiones pesadas, el estreñimiento y la diarrea. Los cambios en la alimentación y en el agua que bebemos nos pueden producir estos trastornos leves, para los cuales estos fármacos serán de ayuda, siempre que se respete la dosis indicada. En el caso de los niños, hay que consultar al pediatra siempre antes de administrárselos.
- Analgésicos y antipiréticos. Los primeros son para el alivio del dolor ocasional, y los segundos para combatir la fiebre (formulados especialmente para los niños).
- Un termómetro. Permite conocer con precisión la temperatura corporal. Si nos lo vamos a llevar de viaje, es conveniente que sea digital e irrompible, ya que no se estropeará con tanta facilidad como uno de cristal.
Si tienes una enfermedad crónica…
Y también si estás siguiendo algún tratamiento específico, en el botiquín de viaje tendrás que incluir la medicación necesaria. Si veraneas fuera de tu localidad o ciudad, lleva en el botiquín las dosis suficientes para todo el tiempo que no vayas a estar en casa, puesto que allí donde vayas es posible que no encuentres con facilidad tus medicamentos. Si vas a hacer un viaje en avión, por si se pierde tu maleta, es aconsejable que lleves siempre en el equipaje de mano los medicamentos más indispensables.
Para la diabetes
Las personas con diabetes tienen el inconveniente de que, si van a pasar unos días fuera, tienen que llevar consigo un buen arsenal de material para seguir realizándose sus controles y curas como lo hacen en casa. Si es tu caso, para que no se te olvide nada, te recordamos la lista básica de lo que tienes que llevar, la mayoría en cantidad más que suficiente:
- Medidor de glucosa (con pilas de repuesto).
- Tiras para glucemia en sangre y lancetas.
- Tiras reactivas de cetonuria.
- Bolígrafos de insulina.
- Medicación habitual.
- Bomba de insulina (en caso de usarla), con batería de repuesto.
- Kits de glucagón (al menos dos) para hipoglucemias graves.
- Material de cura (sobre todo para los pies).
- Alimentos con hidratos de carbono de absorción rápida (zumos, bebidas azucaradas) y lenta (galletas, barritas).
¡Consérvalo bien!
- En casa, guarda el botiquín en un lugar fresco y seco. Es un error mantenerlo en el cuarto de baño, puesto que estará expuesto constantemente a la humedad y al calor, que puede alterar las propiedades de los medicamentos.
- El botiquín de viaje debe contener solo lo imprescindible. Puede ser una bolsa resistente, impermeable y ligera. Si viajamos en coche, nunca debe colocarse en un lugar donde le dé es sol y, nada más llegar al destino, debe colocarse en otro sitio más adecuado.
Al igual que en casa, cuando viajemos hay que comprobar que todo el material está en buenas condiciones, sobre todo antes de usarlo. Si algún envase o caja se ha abierto y se ha derramado líquido o polvo, debe limpiarse de inmediato para que no contamine ni ensucie el resto del botiquín.