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La tanorexia (del inglés tan, que significa broncearse, y del griego orexia, que significa apetito) es un trastorno psicológico por el que una persona está obsesionada por permanecer muy moreno. El término surgió en 2005 en Estados Unidos y se ha catalogado dentro de las dismorfias, un tipo de trastorno en el que el paciente tiene una percepción distorsionada del propio cuerpo, como en la anorexia o la bulimia. En este caso, el paciente considera que su piel nunca está lo suficientemente morena y la sobreexpone al sol o a los rayos UVA
Síntomas
Hay cinco signos que alertan de una posible caída en la tanorexia:
La piel está bronceada en exceso.
Envejecimiento prematuro, con arrugas y piel deshidratada.
Se muestran ansiosos ante la posibilidad de perder el bronceado y se exponen al sol incluso sin protección.
Acuden con frecuencia a centros de rayos UVA.
Compiten con los demás para ver quién está más moreno.
Tratamiento
La tanorexia, como otros comportamientos adictivos, puede afectar a la autoestima, a la vida laboral y a las relaciones sociales, ya que se prefiere estar tomando el sol por encima de otras obligaciones. Un psicólogo debe trabajar en la restricción del comportamiento obsesivo, en corregir la distorsión de la percepción corporal y en aumentar la autoestima del paciente. Además, exige un tratamiento dermatológico, ya que la piel suele estar muy dañada por la exposición a los rayos ultravioleta (UV).
¿Cómo se previene?
Es necesario que los adultos inculquen a los niños y a los adolescentes hábitos de vida saludable, explicándoles la importancia de tomar medidas de protección frente al sol y advirtiéndoles de los daños que el exceso puede provocar a la salud. Además, es importante intentar modificar el paradigma de que el bronceado es saludable. Tampoco está demás la concienciación social, a través de campañas, de los riesgos que conlleva una sobreexposición a los rayos UVA.
Cuidado con el exceso de sol
La sobreexposición a los rayos UVA tiene consecuencias muy negativas para la salud. Produce envejecimiento prematuro de la piel y puede llegar a causar problemas cutáneos, como la queratosis actínica –bultos–. Además, está relacionado con trastornos oculares, como cataratas, y con la inhibición del sistema inmunitario. En última instancia, puede provocar cáncer de piel –el más grave es el melanoma–, una enfermedad que no deja de crecer.