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¿Qué son y cuáles son sus funciones?
La uña es un tejido inerte formado por escamas de queratina, una sustancia dura y semitransparente que también forma el pelo y la capa superior de la piel, así como las pezuñas, cuernos y plumas de los animales.
Las uñas tienen la tarea de ayudar a la función prensil (coger objetos) y de proteger los tejidos de los dedos, aunque a veces las usemos también para hábitos poco higiénicos.
El ritmo de crecimiento de las uñas varía de un dedo a otro y de una persona a otra. No obstante, se dan ciertas generalidades:
- Crecen una media de tres milímetros cada mes.
- Se renuevan por completo cada tres o seis meses.
- Suelen crecer más en verano que en invierno.
- Las uñas de las manos crecen cuatro veces más rápido que las de los pies.
- Las de la mano dominante (la derecha en los diestros y la izquierda en los zurdos) suelen crecer más deprisa.
- A los hombres les suelen crecer más rápido que a las mujeres.
Cuando no están sanas…
Ciertas anomalías pueden indicar que padecemos alguna enfermedad específica de las uñas, pero también se manifiestan en ellas otros trastornos de salud. Por eso es importante que consultemos cualquier cambio que nos resulte llamativo en nuestras uñas como, por ejemplo:
- Fragilidad. Que sean finas y quebradizas puede deberse a un déficit de ciertos nutrientes esenciales para la producción de queratina.
- Uña cóncava y delgada: Este trastorno (coiloniquia) está asociado a menudo con la anemia ferropénica.
- Hoyuelos en toda la lámina ungueal. Pueden indicar la existencia de psoriasis.
- Padrastros y heridas: Con mucha frecuencia es signo de que la persona se muerde las uñas, aunque no sea conciente, lo cual es un probable síntoma de ansiedad. Manipular y morder con los dientes las pielecillas expone a los dedos y a las uñas a una mayor sensibilidad y a infecciones.
- Color amarillento y engrosamiento. Puede tratarse de hongos bajo la lámina de la uña (onicomicosis), sobre todo si ocurre en las de los pies.
- Zonas oscuras. Pueden ser hematomas originados bajo la uña por algún golpe. Es posible que la uña se desprenda y se caiga debido a un fuerte traumatismo, pero normalmente volverá a salir de nuevo, si bien su aspecto puede ser distinto de forma permanente.
¡Qué curioso!
- Las medias lunas o lúnulas que tienen algunas uñas en su raíz están formadas por células que no han completado su proceso de endurecimiento.
Esta zona es prácticamente blanca porque está menos irrigada por vasos sanguíneos que la parte rosada del resto de la uña.
Todas las uñas tienen lúnula, incluso las de los pies, pero no en todas está visible. - Las pequeñas nubecillas blancas que a veces aparecen en las uñas carecen por completo de importancia. Estas manchas no se deben a que nos falte calcio ni a cualquier otro problema de salud, sino que son consecuencia de algún golpe que ha provocado que la queratinización de la uña sea anormal en esa zona.
Morderse las cutículas, un limado agresivo o golpear constantemente las uñas contra la mesa son prácticas que pueden dar lugar a estas manchas, de las que solo podemos deshacernos esperando a que la uña crezca para poder cortarla.
Nútrelas bien
Las uñas, como la piel y el cabello, están en constante renovación. Para que su queratina se forme con normalidad, es indispensable incluir en nuestra alimentación vitaminas A, B, y C, minerales (zinc, hierro, yodo, calcio) y aminoácidos.
Tomando una proporción equilibrada de alimentos de todos los grupos (verduras, frutas, legumbres, carne, pescado...) nos aseguramos un aporte adecuado de todos estos nutrientes.
¿Sabías que...?
La deshidratación afecta también a las uñas. Los esmaltes y acetonas contienen sustancias que terminan volviéndolas quebradizas y opacas, por lo que es necesario hidratarlas con cremas específicas para manos o pies.
Para la limpieza del hogar es recomendable usar guantes de goma para proteger las uñas y la piel de las manos.