Cada día, nuestro cuerpo hace la digestión entre tres y cinco veces. En principio, y si nuestro organismo está sano, esto no supondrá ningún problema.

Pero a veces las digestiones se nos resisten y nos causan problemas como molestias, ardores e irritaciones. Sin embargo, si sigues estos sencillos consejos en las tres fases de la comida, conseguirás sentirte mejor y que tus digestiones sean más ligeras.

Los 3 pasos clave 

La digestión no implica sólo el proceso posterior a la comida. Todo lo que hagamos antes, durante y después de comer influye en nuestra digestión. 

  1. A la hora de cocinar, lo más conveniente es utilizar alimentos frescos. Utilizando poco aceite, cocinaremos platos bajos en grasa y ricos en fibra. Lo mejor es evitar la sal, sustituyéndola por especias (orégano, tomillo, romero, albahaca), que dan mucho sabor y ayudan a hacer la digestión correctamente. No es conveniente llegar a la comida con mucha hambre, para no comer compulsivamente. 
  1. Durante la comida, es fundamental trocear antes los alimentos y masticar despacio, sin tragar precipitadamente. No debemos abusar de los líquidos durante la comida, y lo mejor es, siempre, el agua. Hay que dedicar a la comida un mínimo de treinta minutos. Comer es un acto social, por eso lo ideal es sentarse juntos en familia y con tranquilidad, evitando realizar al mismo tiempo otras actividades, como leer o trabajar, y procurando que no haya ruidos molestos (¡apaga la televisión!) u olores fuertes. 
  1. Después de comer, es conveniente descansar. La siesta puede ser muy necesaria para algunas personas, pero evitaremos echarnos inmediatamente después y dormir más de unos 20 minutos (lee la página XX). Hacer ejercicio justo después de la comida no es bueno. Espera al menos dos horas, tiempo suficiente para que se haya completado el proceso de la digestión. Evitaremos el alcohol y el café, cambiándolos por infusiones, mucho más digestivas. Podemos elegir entre el té, la menta, la manzanilla, el anís… Si sueles tener digestiones pesadas, ve al médico y no te automediques con antiácidos ni con otros remedios caseros (agua con gas, bicarbonato, sal de frutas), porque pueden producir más acidez gástrica y tienen contraindicaciones.

¿Y por qué hay que masticar bien?

  • La masticación es el primer paso para que la comida llegue al estómago lista para la digestión.

  • Masticando bien, comemos más despacio, la comida se tritura mejor, la digestión se hace más fácilmente y los nutrientes son absorbidos con más facilidad por el organismo.

  • Tomaremos mejor el gusto a los alimentos: comiendo demasiado rápido, apenas apreciamos los sabores.

  • Al comer más despacio, nuestro sistema nervioso se calma. Comeremos más relajados y el alimento nos sentará mejor.

  • Notaremos mejor cuándo estamos saciados, reduciendo así la cantidad consumida.

Los atracones provocan pesadez de estómago. Toma algo a mediodía y por la tarde para llegar a la comida y a la cena con menos hambre.

 

 

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