SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Renunciar alegremente a muchas de las cosas que te rodean. Esta es la clave que nos da el psicólogo Rafael Santandreu para ser feliz. ¿Complicado? En realidad no tanto. Todos nos creamos necesidades de las que podemos prescindir sin perder la sonrisa. ¿Te atreves a intentarlo?
Adiós consumo
San Francisco de Asís vivía tan solo con una tela de saco y unas alpargatas. "Se trata de vivir así mentalmente", explica Santandreu. Da una patada a la sociedad de consumo hasta darte cuenta de que no necesitas nada más que comida y bebida. Porque la continua sensación de que nos falta algo es lo que nos llena de ansiedad y desánimo.
Fuera críticas
No te quejes jamás. ¡Ni si quiera de los políticos! "España va demasiado bien" afirma Santandreu. Y añade "nunca habíamos gozado de tanto acceso a los alimentos, a los viajes, a la educación como ahora, pero la queja, el lamento y la alarma son ya un hábito". Solo con alegría, espíritu constructivo y racionalidad podremos mejorar realmente las cosas. En lugar de criticar, aporta soluciones creativas. Todo lo que te aparte de ahí te va a amargar la vida, poner agresivo y generar soluciones exageradas con un coste emocional muy grande.
¿Sociedad del bienestar?
Como apunta Santandreu, "nuestra sociedad ha endiosado el concepto de 'comodidad' como si fuese la fuente de la felicidad". Y eso es mentira. Un poco de comodidad es buena, pero mucha pueque falla algo nos ponemos frenéticos: el aire acondicionado, el ordenador, un retraso en el tren... Intenta relativizar los problemas. Perder algo puede resultar una liberación al darte cuenta de que nunca lo habías necesitado.
Cambia el 'chip'
Abraza una nueva manera de pensar y de ver las cosas. Si toda tu vida llevas terribilizando, deja de hacerlo. Abre tu mente a una versión diferente de ti.
Tendemos a juntarnos con personas que piensan igual que nosotros. No lo hagas porque eso reforzará tu propia neurosis y te dará la impresión de que es real algo que no lo es.
Cuando enfermamos
"La gente que peor lleva la enfermedad tiene en común el considerar que les ha pasado algo anómalo", advierte Santandreu. "¿Por qué a mí?", se preguntan. Y pierden de vista que todo el mundo está enfermo en mayor o menor medida a partir de los 25 años: llevas gafas, se te cae el pelo, te duele la espalda… "La enfermedad es casi lo saludable", señala el psicólogo. "Serías un robot si no te pasara nada. Existe gente que hasta siente vergüenza de sufrir una enfermedad grave. Personas que ocultan su enfermedad del cáncer cuando esta dolencia se da un montón. ¿Qué has hecho malo? Nada. De hecho no sucede nada malo", explica. Tendemos a estar muy alejados de la realidad y de la naturaleza y eso nos provoca sufrir más de la cuenta y no asumir de la manera más serena posible los hechos naturales de la vida.
Autoestima alta
Intenta no ser tan vulnerable. Eleonor Roosevelt dijo: “nadie puede lastimarte si tú no se lo permites”. Para ello debes tener la cabeza bien amueblada, para que no te afecten tanto los contratiempos y sepas ver desde el principio que esa adversidad que acecha no tiene nada de malo.
Aceptar la muerte
Ni siquiera el fallecimiento de un ser querido debería hundirte. Como explica Santandreu, "la muerte es buena, si no nos muriésemos tendríamos un problema muy grande". Y añade: "no cabríamos sobre la tierra y la vida sería la cosa más aburrida imaginable, no renovada. La muerte es buena, necesaria y hermosa, como todos los hechos naturales. Pero llevamos varios siglos negando la superioridad de la naturaleza de una manera radical, hasta la pretensión de acabar con la muerte, lo cual sería el error más terrible que podríamos cometer". Las adversidades son oportunidades para cambiar hacia un modelo de vida mucho más feliz. Porque esas situaciones nos golpean y abren la mente. En su libro Nada es tan terrible, el psicólogo cuenta el caso de una mujer enferma de cáncer a la que le queda un año de vida que acabó siendo muy feliz porque supo exprimir su vida como nunca antes lo había hecho.