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Pero ¿acaso es tan difícil conciliar pronto el sueño y descansar correctamente? Sólo uno de cada cuatro españoles duerme bien, pero pasar buena noche no es tan difícil. Aunque depende de varios factores, la postura que tengamos a la hora de dormir es fundamental.
Posturas clave
La mejor postura para dormir es boca arriba. Lo ideal es que, aunque estemos tumbados, mantengamos una postura similar a la que tendríamos estando de pie: espalda y cuello rectos, pero relajados. La columna estará bien apoyada sobre el colchón y las rodillas flexionadas para que la espalda no se arquee.
Si es necesario, pondremos una almohada o cojín bajo las rodillas para ayudarnos. Es importante apoyar la cabeza en una almohada de altura media que nos ayude a mantener el cuello recto y nos evite problemas de cervicales.
Si nos cuesta dormir de esta forma, otra opción sana es intentar mantener una postura lateral o posición “fetal”, llamada así porque es similar a la que toma el bebé en el vientre de la madre. Flexionaremos las caderas y las piernas, y siempre mantendremos el cuello en línea con la espalda. Esta postura es ideal para bebés, embarazadas (que se sentirán más cómodas con un cojín entre las piernas) y para aquellas personas que padecen dolor lumbar.
Dormir boca abajo, puede provocar dolor de cervicales, mala respiración y ronquidos. Lo mejor es mantener una posición lateral.
Dormimos unas 8 horas al día, 56 horas a la semana, 224 al mes y 2.688 horas al año. En total... ¡pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo!
Para dormir bien...
- Utiliza un colchón y una almohada de dureza media, ni demasiado duros ni blandos en exceso. El colchón debe ser firme, pero cómodo. Lo airearemos con frecuencia y lo cambiaremos aproximadamente cada diez años.
- Haz algo de ejercicio ligero, evita las siestas largas y las cenas pesadas. Intenta no tomar demasiado café o té. Deja el tabaco y pierde los kilos que te sobran.
- Debemos habituar el cuerpo al sueño. Seguir rutinas es fundamental: ducharnos, ponernos el pijama, lavarnos los dientes… Así nos iremos relajando.
- A la hora de dormir, es bueno preparar la habitación: adecuaremos la temperatura (no más de 22º C), eliminaremos las luces o ruidos fuertes, y evitaremos olores penetrantes.
- En caso de no conciliar el sueño, lo mejor es levantarse un rato de la cama y realizar alguna tarea sencilla y tranquila, sin obsesionarse con el reloj. El sueño nos irá llamando.