SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Vamos a repasar las más frecuentes para darte todas las respuestas.
- Es suficiente la limpieza del área genital durante la ducha diaria con agua tibia y un poco de jabón neutro líquido.
- Es contraproducente abusar de los lavados genitales o hacerlos con productos agresivos, puesto que se puede dañar la protección natural de la piel y la flora bacteriana normal de la vagina, lo cual facilita las infecciones por hongos y bacterias, además de propiciar sequedad vaginal.
- Si se siente picor y/o irritación con el jabón habitual, se debe usar un gel especial para la higiene íntima femenina, que evitará esas molestas reacciones. Estos productos contienen ingredientes calmantes y antibacterianos. Para saber qué producto es el más conveniente, es necesario pedir consejo al ginecólogo.
- Debe asearse sólo la vulva, excluyendo el interior de la vagina, por lo que están desaconsejadas las inyecciones intravaginales. Esta limpieza íntima debe extenderse también a la zona anal.
- Después del lavado es muy importante secarse bien, puesto que la humedad también puede dar lugar a infecciones.
- Con una buena higiene no es necesario el uso de desodorantes íntimos, que pueden producir reacciones alérgicas e irritaciones.
En tus relaciones sexuales
Un lavado íntimo a continuación es aconsejable, pero no obligatorio, salvo si tienes predisposición a contraer infecciones ginecológicas o urinarias. Consulta a tu médico al respecto.
Otras precauciones
- Protectores diarios (salvaslips): Lo que en realidad protegen es la ropa interior de que se manchen con el flujo vaginal, pero no cuidan el área genital. Pueden causar alergias e impiden una adecuada respiración de la zona. Deben cambiarse a menudo durante todo el día.
- Tampones y compresas: Cámbialos al menos cada cuatro horas para evitar infecciones. No es aconsejable dormir con tampones.
- Pantalones ajustados: Es mejor evitarlos, ya que también dificultan la adecuada transpiración de los genitales, afectando a la flora de la vaginal.
- Depilación: Muchas mujeres prefieren eliminar todo el vello de la zona genital, pero los médicos recomiendan mantener un mínimo alrededor de la uretra y del clítoris, pues cumple una función muy importante: la de proteger estas zonas sensibles de la proliferación de bacterias.