Evitar que se acumule cerumen en ellos es fundamental, pero ni es bueno limpiarlos todos los días ni todos los sistemas valen. Aunque su aspecto es un poco desagradable, es necesario que haya cierta cantidad de cerumen en el oído.

El cerumen, es una sustancia amarillenta formada por una mezcla de partículas que se desprenden de la piel del oído y una mucosidad segregada por las glándulas ceruminosas.

En su recorrido a lo largo del conducto auditivo externo –que empieza en el tímpano y termina en el pabellón auditivo–, el cerumen realiza dos importantes funciones, como sistema natural de limpieza:

  • Podría considerarse que tiene un poder antiséptico, ya que “atrapa” los cuerpos extraños y bacterias que entran en el oído.

  • Gracias a su acción lubricante, arrastra estos productos de desecho hacia fuera, impidiendo así que dañen o infecten el oído interno.

La mejor higiene

  • En el equilibrio está la solución: no limpies tus oídos a diario, ya que estarás privándole del cerumen que necesita para autolimpiarse y favorecerás que se resequen. Con un par de días a la semana suele ser suficiente. Si a menudo tienes un exceso de cerumen, retíralo con más frecuencia.

  • Mejor que con bastoncillos, limpialos con una solución marina específica de farmacia para disolver el exceso de cerumen. Sécalos siempre con una toalla suave.

  • En ocasiones, los tapones se alojan en zonas profundas del canal auditivo y no se disuelven con facilidad. En estos casos debe ser un otorrino quien lo retire. Si tienes propensión a tener tapones, visita a este especialista como medida preventiva un par de veces al año.

Evita los tapones

Estas pistas te ayudarán a reconocer un posible problema de limpieza del oído:

  1. Escuchar tu propia voz de manera extraña al hablar (autofonía).

  2. Notar pequeños golpeteos momentáneos al apoyar la cabeza sobre la almohada o al masticar.

  3. Perder audición.

  4. Sufrir zumbidos o leves mareos. 

Bastoncillos: ¿son seguros?

El conducto auditivo externo tiene una forma semejante a la de un reloj de arena, siendo más estrecho en su parte central. Por eso, si intentamos limpiarlo con un bastoncillo, empujamos el cerumen hacia dentro, yendo en contra de los mecanismos de salida del cerumen, y terminan formándose tapones dentro. Utilízalos solo para limpiar las dobleces del pabellón auditivo, sin introducirlos dentro.

Una buena higiene a veces no es suficiente para prevenir los tapones. Consulta a tu otorrino.

 

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