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Natural cien por cien y sin ningún tipo de aditivos, conservantes ni colorantes, el aceite de oliva es un alimento funcional de primer orden, hasta el punto de que sus numerosos beneficios sobre la salud cuentan con un amplísimo reconocimiento científico.
Elixir saludable
- El aceite de oliva virgen es la grasa mejor tolerada y más adecuada por el organismo humano, debido al perfecto equilibrio entre sus ácidos grasos monoinsaturados y poiinsaturados que impiden la absorción del colesterol “malo” (LDL) y aumentan el colesterol “bueno” (HDL).
- Esta disminución del colesterol a su vez previene la arteriosclerosis y reduce el riesgo de trombosis arterial e infarto.
- Además es rico en antioxidantes como la vitamina E y la provitamina A, que ayudan a retrasar el envejecimiento celular. Algunos estudios sugieren que la vitamina E reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, cataratas y diabetes.
- Ayuda a disminuir los niveles de glucosa y disminuye los requerimientos de insulina.
- Protege la mucosa del estómago y de los intestinos, reduciendo así el riesgo de úlceras gástricas.
- Estimula la vesícula biliar, previniendo la formación de cálculos.
- Mejora el sistema inmunitario, la función cognitiva, la piel y los huesos.
Modera el Consumo
Está claro que tomar aceite de oliva virgen es beneficioso para la salud, pero hay que consumirlo con mesura, ya que cada gramo de aceite aporta 9 kilocalorías. El consumo idóneo de aceite de oliva, según recomiendan los especialistas en nutrición y dietética, es de tres cucharadas soperas al día (40 ó 50 gramos), lo que supone el 15% del valor calórico total de una dieta normal (2.200 kilocalorías).
Llámalo por su nombre
Existen únicamente cuatro categorías comerciales de aceite de oliva:
- Aceite de oliva virgen extra: Es el de máxima calidad. Se obtiene directamente de aceitunas en buen estado únicamente por procedimientos mecánicos. Su sabor y olor son óptimos y está libre de defectos. Su grado de acidez no sobrepasa los 0,8°.
- Aceite de oliva virgen: Este aceite sigue los mismos parámetros de calidad que el aceite de oliva extra en cuanto a los métodos de obtención. La diferencia es que no puede superar los 2° de acidez. Los defectos deben ser prácticamente imperceptibles.
- Aceite de oliva: Es una mezcla de aceite de oliva refinado y de aceite de oliva virgen o virgen extra. Su acidez máxima es de 1º.
- Aceite de orujo de oliva: Se obtiene de los restos que quedan de la oliva tras la extracción del aceite de oliva virgen y refinado, con los residuos de huesos y pieles de la aceituna. Es el aceite de peor calidad. Su acidez máxima no es superior a 1,5°.
En la cocina, aprovéchalo al máximo
- En crudo, el aceite de oliva nos aporta íntegras todas sus propiedades. Empléalo para potenciar el sabor de ensaladas, verduras hervidas o al horno, salsas, etc.
- Que no se te queme. Cuando el aceite de oliva virgen alcanza 210ºC y empieza a liberar un humo blanco, significa que se ha descompuesto, ha modificado su estructura y puede ser dañino para la salud. Por tanto, es recomendable cocinar a fuego medio o medio-fuerte para que no supere los 180ºC, que es la temperatura óptima de fritura de la mayoría de los alimentos.
- Reutiliza el aceite sólo para tres o cuatro frituras. Si lo vuelves a utilizar demasiadas veces, se hace más viscoso y los alimentos lo absorben en mayor cantidad.
- No mezcles nunca aceite nuevo y usado, ni tampoco el de oliva con otros tipos (girasol, soja, etc), ya que aguantan distintas temperaturas y un tipo de aceite quemaría al otro.
- Filtra el aceite después de cada fritura para eliminar los posibles restos de alimentos que hayan quedado flotando y que favorecen su oxidación y descomposición.
Oleoterapia para tu piel
El aceite de oliva es uno de los ingredientes más apreciados también en cosmética. Los jabones, geles, emulsiones y pomadas con base de aceite de oliva que mejoran el aspecto de la piel, previenen problemas dermatológicos y ejercen un efecto rejuvenecedor.