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El acoso escolar es un tipo de violencia que, desgraciadamente, siempre ha existido en los colegios. Quizás el problema no es la diferencia del número de casos, sino del tipo de sociedad. Actualmente nos encontramos en un mundo "hipercomunicado" en donde los casos de bullying se difunden mucho más y en el que surge un nuevo acoso, ciberbullying, directamente vinculado al mal uso de la tecnología, explica el profesor Jerónimo García Ugarte.
Cómo vencerlo
Para poner fin al acoso escolar son necesarias tres herramientas fundamentales:
- La existencia en los centros escolares de programas de formación en competencias emocionales, como la empatía.
- Que todos los centros escolares tengan un protocolo de actuación contra el acoso escolar que contemple desde cómo detectar un caso de acoso hasta la resolución del mismo.
- La participación conjunta y firme de todos los miembros de la comunidad educativa: dirección y educadores del centro escolar, padres de familia (tanto de los acosados como de los acosadores) y el ministerio (consejerías de educación), con el apoyo del Estado (legislación).
El miedo es el culpable
El miedo es un componente fundamental en los casos de acoso escolar. Y no solamente el de las víctimas, sino el de los que lo contemplan pasivamente pero se quedan callados ante el miedo a poder ser los siguientes. Un cambio fundamental es mentalizar a quienes lo observan sobre la necesidad de denunciarlo, de hacerlo visible para que se pueda solucionar. Es necesario acabar con la idea de que quien ayuda a resolverlo es un chivato. Detectar es el único modo de terminar con el acoso.