SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Evita que esta sea una época traumática para tu cabello con estos consejos tan útiles y sencillos.
¿En el cuarto de baño tienes cosméticos que apenas usas? ¿No recuerdas cuándo los compraste ni cuándo los utilizaste por última vez? Entonces, ya es hora de que eches un vistazo a la fecha de caducidad de estos productos, porque si ya la han superado no se deben utilizar, a riesgo de que nos produzcan irritaciones o reacciones alérgicas.
Este verano va a ser especialmente caluroso, y más vale que las piernas estén bien preparadas para resistirlo. Si las tuyas tienen tendencia a la mala circulación en esta época, toma buena nota de nuestros consejos.
Las pieles grasas son las que más problemas dan en verano, porque el aumento de la sudoración acentúa la tendencia natural de este tipo de pieles a producir un exceso de sebo, pudiendo dar lugar a brotes de acné, puntos negros, comedones, dermatitis seborréica y otras alteraciones que normalmente proliferan con la acción del sol.
Túmbate, relaja tu mente y deja que tu cuerpo absorba las estupendas propiedades de los barros naturales. El resultado será una piel nutrida, hidratada y cuidada.
Un cambio brusco en el flujo vaginal en cuanto a color, olor, aspecto, consistencia o cantidad puede ser indicativo de una infección.
Las mujeres en España deciden quedarse embarazadas cada vez con más edad. A los 38, ya se considera un embarazo “de riesgo”, pero podemos tenerlo todo perfectamente bajo control.
En las últimas décadas y por varios motivos, la inserción al mundo laboral, sobre todo, las mujeres han ido anteponiendo otros asuntos –trabajo, estudios, ocio…– a la maternidad.
La atención a la gestación se suele iniciar una vez confirmado el embarazo, lo que, la mayoría de las veces, no ocurre hasta el segundo mes y, en ocasiones, incluso más tarde.
Los órganos genitales y urinarios se mantienen en su lugar gracias a que los soporta una estructura denominada suelo pélvico. Si este se debilita, dichos órganos caen y producen diferentes molestias. Para recolocarlos, a veces se requiere cirugía.