SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Todos nos sentimos tristes en alguna ocasión. Ya seamos adultos, adolescentes o niños. Pero en la edad madura, los motivos que nos hacen sentirnos decaídos son mayores: la jubilación nos lleva a dejar el trabajo, los ingresos de dinero se reducen, empiezan a aparecer los achaques, algunos amigos dejan de estar con nosotros… Eso hace que una de cada seis personas de más de 65 años sufra síntomas de depresión.
En esos casos, lo que se impone es tratar de elevarles el ánimo. Con estas ideas, hacerlo te resultará sencillo:
Haz que esté en contacto con amigos. Ya lo dijo Aristóteles: «La amistad hace que la vida sea más fácil». Y diversos estudios científicos confirman que tener amigos nos aporta felicidad. Por eso hay que tratar de que el adulto mayor esté en contacto con sus amistades de siempre.
Entérate de lo que le gustaba cuando era más joven. Si a la persona mayor le gustaba bailar en las fiestas, igual sería bueno traerle sus discos favoritos para que de vez en cuando pudiera bailar. Eso le mantendrá joven y activo.
Mantén su cerebro activo. Existen actividades que, además de divertidas, son importantes para mantener activos el cuerpo y la mente: leer el periódico, hacer crucigramas, jugar a las cartas…
¿Y una mascota? Un perro o un gato aportan compañía, cariño y lealtad, y convierten una casa vacía en un entorno más agradable. A las personas mayores que viven solas, tener una mascota las obliga a interactuar, hablar, jugar… y moverse para atenderlas.
Haz que camine. Caminar no requiere habilidades atléticas, es natural, divertido y bueno tanto para el cuerpo como para la autoestima. Un paseo diario es la mejor medicina.
Haz que siga informado. Educar a la persona mayor. Ya que la persona al dominar cualquier información, no importa mucho qué tema es, le dará una sensación de poder y una mayor motivación.
Procura que esté relajado. La relajación es vital para el bienestar y la salud. Además de asegurarle un entorno tranquilo, una buena forma de relajar a la persona mayor es mediante los masajes, ya que estos hacen que el cuerpo libere endorfinas, unos neurotransmisores opioides que aportan múltiples beneficios emocionales: disminuyen la ansiedad, la tensión y la fatiga, aumentan la sensación de relajación y bienestar, aportan sensación de felicidad, alejan el estrés…
Escúchalo. Saber escuchar a la persona mayor es una forma fácil de hacerle sentir que lo aprecias y lo valoras. Hay que tratar de entenderle y ponerse en su lugar.
Haz que se sienta querido. Todos necesitamos sentirnos queridos. Y más aún las personas mayores. Es importante que les recuerdes cuánto significan para ti, especialmente si no tienen a muchas personas a su alrededor. Y trátalas siempre con cariño y bondad.
Trata de hacerlo reír. Trata de hacerlo reír, ya que la risa además de ser contagiosa, alivia el estrés. Prueba a a contarle chistes o anécdotas divertidas. Eso, igual que los masajes, hará que su cerebro libere endorfinas, que le aportarán felicidad y alegría.
DAR UN PASEO MEJORA LA AUTOESTIMA Y REÍR AUMENTA LA SENSACIÓN DE BIENESTAR DEL MAYOR
Vigila estos diez síntomas
En ocasiones, una sensación de inutilidad o de _fin de ciclo_ invade a las personas mayores. Estos síntomas te servirán para detectar si la depresión se está acercando:
• Sentimiento de tristeza o desánimo que dura más de lo habitual o que resulta más intenso de lo común.
• Pérdida de interés por la vida e incapacidad para disfrutar de las cosas que antes le daban placer.
• Sensación de fatiga o cansancio intensa, pese a la escasa actividad, que hace que la tarea más simple suponga un gran esfuerzo.
• Pérdida de apetito y descenso de peso.
• Deseo de aislarse y, si hay gente alrededor, sensación de irritabilidad y mal humor.
• Sensación de inquietud que dificulta el descanso y la relajación.
• Despertar temprano, una o dos horas antes de lo habitual, e incapacidad para reconciliar el sueño.
• Falta de autoconfianza, asociada a la sensación de ser una carga o de un sentimiento de inutilidad.
• Sentimientos de maldad o de culpa; quizás exagerando incidentes del pasado o reaccionando de forma desproporcionada ante cosas triviales.
• Depresión grave, a veces tan intensa que lleva a la persona mayor a preparar su suicidio.