Es uno de los avances tecnológicos más importantes de las últimas décadas, y ha supuesto una auténtica revolución, no sólo por la alta precisión de las imágenes que se obtienen del interior del organismo, sino por su inocuidad para el paciente. Tan sólo puede producir a veces un poco de claustrofobia.

¿Qué es?

La resonancia magnética es una técnica que se emplea para obtener imágenes del interior del organismo útiles en el diagnóstico de muy diversas enfermedades. Se basa en el uso de ondas magnéticas y de radio, que son distintas a los rayos X.¿

¿Qué detecta esta prueba?

Los aparatos de resonancia magnética pueden tomar imágenes muy nítidas de la mayoría de los tejidos del cuerpo, incluso de partes que están rodeadas de hueso, como la médula espinal o el cerebro, donde es capaz de detectar la presencia de lesiones o áreas anormales, tumores benignos o malignos, hemorragias o infartos (ictus).

También sirve para estudiar malformaciones congénitas en el corazón o los daños que se hayan podido dar tras un infarto de miocardio.

Otros órganos difíciles de examinar de otros modos –como el hígado, los riñones o el bazo– así como lesiones en las articulaciones, también se aprecian con claridad en una resonancia magnética.

¿Cómo se hace?

El paciente se tumba en una camilla, en la que debe permanecer tumbado e inmóvil en la posición que se le indique. La camilla avanza automáticamente hacia el interior de un espacio de forma cilíndrica. Aunque dicho espacio permanece abierto por uno de sus extremos, algunas personas pueden sentir claustrofobia, por lo que podrían solicitar que se les administre un sedante, al igual que a los niños, para que permanezcan sin moverse el tiempo requerido. Tras realizarse una resonancia magnética, el paciente se puede marchar a casa.

¿Tiene algún riesgo para la salud?

No se conocen riesgos importantes relacionados con la resonancia magnética, ni efectos secundarios. Sólo se recomienda a las mujeres embarazadas, por precaución, que eviten hacerse resonancias magnéticas cuando están en las primeras doce semanas de gestación. Esta prueba puede repetirse las veces necesarias sin ningún inconveniente, dado que no se emplea radiación.

¿El paciente tiene que prepararse de alguna manera?

No es necesario acudir en ayunas o tomar ningún preparado especial, como ocurre en el caso de otros procedimientos. Eso sí, como el paciente se expone a campos magnéticos de gran potencia, durante la exploración debe desprenderse de las joyas y de cualquier otro objeto metálico, pues pueden interferir en la prueba. Además, si lleva algún aparato electrónico (marcapasos, audífono) o material metálico de sutura tras una intervención quirúrgica, debe informar siempre al personal sanitario. En principio, no hay problema en que se hagan esta prueba las personas que tienen una prótesis de cadera o tornillos metálico.

¿Es lo mismo un TAC que una resonancia magnética?

No, son pruebas distintas. TAC son las iniciales de tomografía axial computarizada, técnica con la que se obtienen imágenes de cortes horizontales del cuerpo. En cambio, con la resonancia magnética se pueden tomar imágenes desde casi cualquier ángulo y mucho más detalladas que las del TAC.

 

 

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