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Al tratarse de un hábito que la persona realiza, por lo general, de manera inconsciente –a veces a lo largo del día, pero sobre todo por la noche, durante el sueño–, no siempre es fácil para el médico hacer un diagnóstico acertado de los casos de bruxismo. Es un trastorno más frecuente en los adultos, pero también lo padecen los niños.
Diversas causas
- Estrés y ansiedad. Es la causa más habitual de esta dolencia. La tensión nerviosa concentrada en los músculos de las mandíbulas se acentúa en momentos de mayor esfuerzo mental y físico.
- Interferencias dentarias. Si los dientes superiores encajan mal con los inferiores, la mandíbula va cambiando de posición hasta conseguir un “engranaje” más estable. El cerebro pone en funcionamiento mecanismos reflejos de desgaste (intenta aplanar literalmente los dientes) con la finalidad de eliminar esa interferencia.
- Alteraciones en la articulación que une la mandíbula con el cráneo.
- Posturas que favorecen la compresión de la mandíbula durante el sueño.
Trátalo a tiempo
Si has acudido al médico de familia para consultarle estos síntomas, seguramente te derivará a un dentista, quien evaluará si existen interferencias entre tus dientes y si es necesario eliminarlas mediante un tallado selectivo.
Probablemente, te recomendará que uses un aparato de resina rígida de quita y pon (férula de descarga) hecho a la medida de tus dientes y diseñado de tal manera que obliga a la mandíbula a permanecer en reposo y evita que los dientes entren en contacto entre sí, disminuyendo los desgastes. Dependiendo del tipo de bruxismo que padezcas, tendrás que usarla sólo de noche, o también durante el día.
Si los dolores son muy intensos, es posible que tengas que seguir, además, un tratamiento con analgésicos y relajantes musculares, que se puede complementar con fisioterapia para los músculos de cabeza y cuello.
Puedes padecer bruxismo si…
- Tienes los dientes desgastados.
- Se te mueven las piezas dentales.
- Tus encías dejan ver cada vez más superficie dental (se va retrayendo). Esto se debe a que los dientes, al moverse continuamente, rompen su unión con la encía.
- Sientes dolor en la articulación de la mandíbula al abrir y cerrar la boca, pero también en reposo. La molestia puede ir acompañada de chasquidos mandibulares.
- Padeces frecuentes dolores de cabeza, debidos a la tensión muscular. El dolor se puede extender al cuello y a la espalda.
- Notas tensión o fatiga en los músculos masticatorios (en los mofletes), con dolor al tocar.
Los niños también pueden padecer este trastorno, pero es más frecuente en los adultos.