SABER VIVIR COMUNICACIÓN, S.L.
Un simple estornudo, tos… cualquier germen que te rodea puede poner a prueba a tu cuerpo y, concretamente, a tus defensas. La alimentación es un factor fundamental para el sistema inmunitario, tu sistema de defensa.
Si es inadecuada o insuficiente se produce una caída de las defensas; si es equilibrada, las mantiene en forma o incluso las fortalece.
Cómo saber si tus defensas te reclaman
Nuestro estado de fortaleza no siempre está equilibrado. Estrés, falta de horas de sueño, poco ejercicio o algún cambio en las rutinas alimentarias pueden afectarte directamente. También la presencia de virus y bacterias. Hay síntomas que pueden indicarte si necesitas atender mejor a tus defensas:
- Te sientes cansado de forma continua.
- El pelo se cae o está casi sin fuerza y vitalidad.
- Tienes frecuentes dolores musculares, aunque no practiques ningún tipo de ejercicio o realices algún esfuerzo.
- Suelen aparecerte en los labios pupas o pequeñas heridas.
Las vitaminas que no te pueden faltar
- Vitamina A: El consumo de vitamina A sirve para fortalecer nuestro sistema inmunológico, ¿cómo? Son necesarias para la formación de linfocitos o glóbulos blancos, los “soldados” que te protegen y combaten las infecciones. Más concretamente esta vitamina protege tus “puntos de entrada” de infecciones como las membranas mucosas, el revestimiento de los ojos, las vías respiratorias, urinarias e intestinales. Puedes encontrar vitamina A en: zanahorias, brócoli, patatas dulces, col rizada, lechuga verde, espinacas, calabaza o calabacín, guisantes, tomates y espárragos. También el hígado es toda una fuente natural, junto con los lácteos.
- Vitamina C: Reduce la duración y la intensidad de gripes y resfriados. Puedes encontrarlas en diversas frutas, verduras y hortalizas. El kiwi es una de las frutas con más contenido en esta vitamina, más que los cítricos (naranja, limón, pomelo, etc.) Tan solo un kiwi cubre las necesidades diarias recomendadas. También está presente en otros alimentos como: las fresas, melón, pimiento, tomate y col.
- Vitamina E: La principal función de la vitamina E, es su acción antioxidante. Presente en aceite de germen de trigo, de soja, cereales (pan, arroz, pasta integral…), aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos.
- Vitamina B3: Es conocida como la “anti súper bacteria”, ya que aumenta por mil la capacidad del organismo para destruir las infecciones.
- Vitamina B5: Favorece la protección de la piel y reduce los síntomas inflamatorios de las alergias.
- Vitamina B6: Indispensable para la formación de anticuerpos.
- Vitaminas B9 y B12: Imprescindibles para la formación de células defensivas.
Las infusiones
Pueden mantener tu sistema inmunológico en perfecto estado. Toma nota:
- Equinácea: Aumenta tus glóbulos blancos y favorece la destrucción de posibles agentes infecciosos. Resulta muy eficaz en la prevención y el tratamiento de la gripe y el catarro.
- Romero: Tiene propiedades balsámicas y grandes niveles de vitamina C en sus hojas.
- Tomillo: Las infusiones de tomillo te proporcionarán la energía suficiente para el invierno. Además, gracias a un componente (timol) es un antibacteriano natural.
Vitamina C ¿Previene gripes y resfriados?
Es una de las recomendaciones más populares del invierno. Pero, ¿es cierta? El mito de la vitamina C para prevenir gripes y resfriados tiene un comienzo, según las últimas investigaciones, muy claro. Linus Pauling, famoso científico y premio Nobel, dedicó muchos años de su vida al estudio de esta vitamina, lo que le llevó a "exagerar", fruto de su cariño a la que había sido la protagonista de sus estudios, un poco los supuestos beneficios de la vitamina C en gripes y resfriados.
Ante las palabras del Nobel, las personas de a pie no hicieron otra cosa más que creérselo y el mito no sólo se fue extendiendo al resto de países occidentales sino que también caló en la profesión médica.
Sin embargo, diversos estudios científicos han comprobado que la vitamina C no previene la gripe (solo la vacuna puede prevenirla). Eso sí, en el caso de resfriados y catarros, el consumo de productos que contienen esta vitamina ayudan a mejorar los diversos síntomas como el fortalecimeinto de las mucosas, entre otros.
¡Super alimentos!
- AGUA: El agua ya sabes que no solo hidrata o purifica. También elimina las toxinas de nuestro organismo que pueden llegar a atraer a virus y bacterias. Mantente siempre hidratado, en invierno también.
- YOGUR: Además de su aporte en calcio, te proporciona bacterias buenas para el equilibrio del sistema digestivo. Estas bacterias buenas te defenderán contra las “bacterias malas” que causan enfermedades.
- AJO: Es todo un preventivo porque es un alimento poderoso contra los virus que intentan ingresar en el organismo. De hecho, consumir ajo acorta su estancia dentro de nuestro cuerpo. Eso sí, ¡cuídate del mal aliento que genera!
Productos de colmena la salud más dulce
La miel es uno de los alimentos más antiguos de los que se ha venido beneficiando el ser humano y que nos brinda un sinfín de propiedades medicinales.
PROPÓLEO: El própolis es una sustancia que las abejas extraen de los árboles para procesarla luego en la colmena. Te puede ayudar en:
- Garganta y boca: en anginas, faringitis, laringitis puede ser muy beneficiosa.
- Vías respiratorias: ante los resfriados es muy útil como complemento a otras terapias. En casos de turbeculosis pulmonar también puede ser un buen aliado.
- Estómago y colon: en casos de úlcera gástrica es de gran ayuda para combatir a la bacteria “Helicobacter Pylori”, responsable de esta dolencia. Se han conseguido buenos resultados en algunos pacientes afectados por diverticolitis, gastritis, enfermedad de Crohn y diarrea de candidiosis intestinal.
- Ginecología: las cándidas o las inflamaciones vaginales y picazones suelen responder muy bien a los lavados de propóleo diluido en agua.
- La piel: también ayuda en la lucha contra las micosis u hongos de la piel.
JALEA REAL: Ejerce una acción antiséptica.
- Aumenta las defensas.
- Ayuda a atacar tanto a virus, gérmenes nocivos, como todo tipo de toxinas.
No olvides añadir en este plan... Si a tu alimentación añades ejercicio moderado tendrás la fórmula magistral para mantener tu cuerpo fuerte y sano. Este invierno, ¡llénate de energía!