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Elaboración
Esta popular hortaliza se encuentra en los mercados durante todo el año, pero su temporada ideal se extiende de marzo a noviembre. Si comparas un calabacín con un pepino, seguro que encuentras muchas semejanzas entre ellos, y no es de extrañar, porque son de la misma familia (cucurbitáceas), de la que también son parientes cercanos la calabaza, el melón y la sandía.
El calabacín ofrece sabores combinados: la sensación algo dulzona de su carne, a pesar del toque ligeramente amargo que le da la piel si se come sin pelar, gusta a prácticamente todos los paladares y es fácil de comer para niños y mayores. No hay duda de que en eso le favorece su agradable textura suave y jugosa una vez cocinado.
Propiedades nutricionales
- Su jugosidad se debe a que su principal componente es el agua, a lo que debe su bajo valor calórico y su acción diurética. Contiene poco sodio (sal).
- Si lo consumes con la piel, aporta una cantidad interesante de mucílago, una fibra soluble que ayuda a aliviar el estreñimiento, a la vez que suaviza y desinflama la mucosa del aparato digestivo.
- También en la piel reside la mayor concentración de vitaminas, entre las que destacan los folatos (vitaminas del grupo B), la vitamina A y la vitamina C. En cuanto a su contenido en minerales, el calabacín es buena fuente de potasio y también presenta pequeñas cantidades de calcio y fósforo.
Ideas para prepararlo
- El calabacín es un ingrediente ideal en las dietas de adelgazamiento. Pero cuidado con la forma en que lo cocinas: si lo rebozas y lo fríes, le sumarás las calorías del pan rallado o de la harina, así como de la cantidad excesiva de aceite que absorberá. Para que resulte más ligero, dóralo en la plancha, rehógalo con otras verduras (en pisto, por ejemplo) o prepáralo al vapor.
- Para aprovechar el cien por cien de sus nutrientes, tómalo crudo y sin pelar en las ensaladas (cortado en taquitos pequeños) o en forma de carpaccio (cortado en láminas muy finas y aderezado con un poco de aceite de oliva, sal, pimienta y unos piñones).
- Si lo prefieres cocinado, está delicioso relleno de carne y al horno, en revuelto, en tortilla, en crema o incluso como base para hacer lasaña. Por su sabor suave, acompaña estupendamente todo tipo de platos de carne o de pescado.
Larga vida al calabacín
- TRUCO Nº1: Esta verdura se conserva bien en el frigorífico durante dos semanas. Apártala de plátanos, melocotones y melones, frutas que emiten un gas llamado etileno, que produce sabor amargo en los calabacines.
- TRUCO Nº2: Para que te duren más, elige en el supermercado calabacines que sean firmes al tacto, con pocas marcas y rasguños en la piel. Será señal de que están frescos y no llevan demasiado tiempo almacenados.
Las flores de calabacín se utilizan para decorar muchos platos, ¡y además se comen!