Calabacín: Una hortaliza muy rica y ligera

Nos llegó desde América en el siglo XVI junto con la patata y el pimiento, y desde entonces es ingrediente indispensable en la gastronomía española. Conoce por qué es tan apreciado.

Elaboración

Esta popular hortaliza se encuentra en los mercados durante todo el año, pero su temporada ideal se extiende de marzo a noviembre. Si comparas un calabacín con un pepino, seguro que encuentras muchas semejanzas entre ellos, y no es de extrañar, porque son de la misma familia (cucurbitáceas), de la que también son parientes cercanos la calabaza, el melón y la sandía. 

El calabacín ofrece sabores combinados: la sensación algo dulzona de su carne, a pesar del toque ligeramente amargo que le da la piel si se come sin pelar, gusta a prácticamente todos los paladares y es fácil de comer para niños y mayores. No hay duda de que en eso le favorece su agradable textura suave y jugosa una vez cocinado.

Propiedades nutricionales

  • Su jugosidad se debe a que su principal componente es el agua, a lo que debe su bajo valor calórico y su acción diurética. Contiene poco sodio (sal).

  • Si lo consumes con la piel, aporta una cantidad interesante de mucílago, una fibra soluble que ayuda a aliviar el estreñimiento, a la vez que suaviza y desinflama la mucosa del aparato digestivo.

  • También en la piel reside la mayor concentración de vitaminas, entre las que destacan los folatos (vitaminas del grupo B), la vitamina A y la vitamina C. En cuanto a su contenido en minerales, el calabacín es buena fuente de potasio y también presenta pequeñas cantidades de calcio y fósforo. 

Ideas para prepararlo 

  • El calabacín es un ingrediente ideal en las dietas de adelgazamiento. Pero cuidado con la forma en que lo cocinas: si lo rebozas y lo fríes, le sumarás las calorías del pan rallado o de la harina, así como de la cantidad excesiva de aceite que absorberá. Para que resulte más ligero, dóralo en la plancha, rehógalo con otras verduras (en pisto, por ejemplo) o prepáralo al vapor.

  • Para aprovechar el cien por cien de sus nutrientes, tómalo crudo y sin pelar en las ensaladas (cortado en taquitos pequeños) o en forma de carpaccio (cortado en láminas muy finas y aderezado con un poco de aceite de oliva, sal, pimienta y unos piñones).

  • Si lo prefieres cocinado, está delicioso relleno de carne y al horno, en revuelto, en tortilla, en crema o incluso como base para hacer lasaña. Por su sabor suave, acompaña estupendamente todo tipo de platos de carne o de pescado.

Larga vida al calabacín 

  • TRUCO Nº1: Esta verdura se conserva bien en el frigorífico durante dos semanas. Apártala de plátanos, melocotones y melones, frutas que emiten un gas llamado etileno, que produce sabor amargo en los calabacines.

  • TRUCO Nº2: Para que te duren más, elige en el supermercado calabacines que sean firmes al tacto, con pocas marcas y rasguños en la piel. Será señal de que están frescos y no llevan demasiado tiempo almacenados.

Las flores de calabacín se utilizan para decorar muchos platos, ¡y además se comen!

 

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