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Nuestro corazón está totalmente conectado a nuestras emociones y con nuestro día a día. Así, cuando recibimos una noticia que nos impacta (para bien o para mal) segregamos un torrente de sustancias químicas a nuestra sangre que afectan al ritmo del corazón. Y este se acelera. Por otro lado, cuando corremos para no perder el autobús, subimos escaleras y, por supuesto, cuando hacemos ejercicio, el ritmo de nuestras pulsaciones también aumenta. Todo ello es completamente normal y no debe asustarnos que nuestro corazón parezca que vaya a desbocarse.
¿Qué es la frecuencia cardiaca?
Es el ritmo en el que late el corazón. En un adulto normal, suele ser entre 60 y 80 latidos por minuto. Esta es la frecuencia cuando se está en reposo, tranquilamente, leyendo o realizando alguna actividad habitual como andar. A partir de esas cifras, sobre todo cuando se superan las 100 pulsaciones por minuto, cualquier alteración del ritmo cardíaco recibe el nombre genérico de arritmia a la que luego habrá que ponerle su apellido. Si las pulsaciones aumentan de 120 se denomina taquicardias.
¿Por qué se producen las taquicardias?
Como decíamos, hay momentos en nuestra vida que tenemos la sensación de que el corazón nos da un vuelco y comienza a acelerarse de forma alarmante. Probablemente, no será nada. Se trata de 'palpitaciones' y los médicos las definen como extrasístoles o taquicardias sinusales por ansiedad. El problema aparece cuando en una situación de reposo o cuando no hay ninguna causa aparente notamos que aumenta el ritmo cardiaco. "El corazón se acelera por una causa determinada.
Pero si no la hay, se debe averiguar qué hay detrás de este aumento del ritmo cardiaco y esto debe valorarlo un profesional médico. No debemos restarle importancia y achacarlo solo a los nervios", indica el doctor José María Guerra Ramos, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
¿Es un problema serio?
La aceleración del corazón no siempre tiene que responder a un problema serio. De hecho, "hay tipos de taquicardias, las benignas, que sí pueden ser incómodas pero, en general, no ponen en riesgo la vida del paciente. En cambio, hay otro tipo, las malignas, que sí suponen un peligro. Las peores son las que ocurren en los ventrículos", indica el doctor Guerra Ramos.
De ahí la importancia de que un especialista médico realice la exploración necesaria para averiguar qué tipo de taquicardia es y administre el tratamiento necesario. Asimismo, si se trata de personas mayores o enfermas del corazón hay que evitar que se desarrolle una fibrilación ventricular y parada cardiaca.
Si esto sucediera, se podría llevar a cabo una maniobra de reanimación cardipulmonar y/o aplicar un choque con un desfibrilador para recuperar al paciente.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento para las taquicardias variará según el tipo. En general, se empieza por administrar un tratamiento antiarrítmico que consiste en la toma de fármacos orales. También se puede recurrir a la ablación, que consiste en una intervención mediante un catéter, es decir, tubos largos y flexibles que se insertan a través de una vena o arteria en la ingle y se deslizan hasta el corazón para destruir el origen de la arritmia. El procedimiento es seguro y, generalmente, no requiere ingreso hospitalario. "Dependiendo del paciente, puede quedarse un día para observación", concluye.
Algunas taquicardias no son graves y no ponen en peligro la vida pero hay algunas que requieren tratamiento ya que son peligrosas
Tipos de taquicardia
Taquicardia sinusal
Se origina en el nódulo sinusal, normalmente llamado marcapasos natural del corazón. Suele presentarse durante el embarazo en presencia de ansiedad, también cuando se tiene anemia o en los casos que presenten insuficiencia cardíaca. También aparece tras realizar esfuerzos grandes o ejercicio físico importante.
Taquicardia no sinusal
-Taquicardia supraventricular: su origen está en las aurículas (cámaras superiores del corazón)
-Taquicardias ventriculares: se originan en los ventrículos, son las más peligrosas y pueden comprometer la vida de la persona
Aliviar las benignas
- Hidrátate bien
- Aplicar agua fría en las muñecas o brazos
- Come un plátano. El potasio ayuda
- Intenta respirar con calma
- Haz ejercicio de forma regular
- Practica técnicas de relajación