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El calcio es el elemento mineral más abundante en el cuerpo: constituye entre el 1,5 y el 2% de nuestro peso corporal. El 99% del calcio total se encuentra almacenado en las estructuras óseas, y el 1% restante en distintos fluidos.
Aparte de ser componente estructural de huesos y dientes, el calcio es fundamental para:
- La regulación de multitud de enzimas y hormonas.
- La coagulación de la sangre.
- La transmisión de los impulsos nerviosos y para función muscular, entre otras destacadas funciones.
Algunos estudios sugieren que el calcio podría proteger contra la mortalidad cardiovascular, debido, posiblemente, a su competencia con el sodio y el potasio en su transporte por el tracto intestinal.
¿Cuánto hay que tomar?
La cantidad diaria recomendada para un adulto es de 800 miligramos, siendo más elevada para los niños, ancianos y mujeres en gestación o lactancia.
La deficiencia de calcio puede conducir al debilitamiento de la estructura ósea y a un aumento del riesgo de hipertensión.
Además de los lácteos y el agua, algunos vegetales son muy ricos en este mineral, como el perejil.
También está en el agua
- Las principales fuentes de calcio son la leche y los lácteos, pero existen otros alimentos que contribuyen a conseguir la cantidad diaria recomendada. También lo encontramos en el agua mineral natural, aunque según las marcas, su contenido en calcio varía.
- Algunos investigadores señalan que aprovechamos menos el calcio procedente del agua que el calcio procedente de los alimentos. Sin embargo, no existen estudios que avalen esta teoría. Por el contrario, diferentes trabajos han mostrado que la absorción intestinal de calcio del agua es tan efectiva como la de los productos lácteos.
- Las aguas “duras” son las que poseen altos contenidos en calcio y magnesio, mientras que las aguas “blandas” contienen menores cantidades de estos minerales.