Sentirse triste o vacío, perder el interés por las actividades hasta hora favoritas, ver aumentar o perder el apetito, no poder dormir o dormir demasiado, sentirse muy cansado, sin esperanzas, irritable, ansioso o culpable son algunos de los síntomas de la depresión. ¿Qué me pasa?

Sus causas

Como explica el doctor José Luís Carrasco, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Ruber Juan Bravo, "la mayoría de las depresiones se producen por una acumulación de tensión y estrés interno debido a una combinación de factores psicológicos y ambientales". Un carácter excesivamente autoexigente, perfeccionista, sensible e inseguro unido a un entorno exigente con el éxito y carente de comunicación abierta y emocional, constituyen un terreno propicio para el desarrollo de depresiones. En este ambiente, la persona tiende a cumplir con las expectativas hasta que los mecanismos biológicos de respuesta al estrés se agotan y da comienzo la depresión. En otros casos, la enfermedad se produce por causas principalmente biológicas, es decir, en personas con una predisposición innata a terminar deprimidas en situaciones ordinarias de estrés.

Tipos

Existen depresiones que tienen mucho que ver con el carácter de la persona y otras que se deben a predisposiciones innatas. Por otro lado, mientras que algunas depresiones son típicas y se caracterizan por el desánimo, desilusión, cansancio y falta de interés e iniciativa, otras son más complejas y pueden manifestarse inicialmente por irritabilidad, insomnio, ansiedad, consumo de alcohol y otras drogas y cambios de carácter en general. En cualquiera de los casos, la depresión puede ser leve, grave o muy grave, y constituye un trastorno psicobiológico que debe ser tratado.

El papel de la tristeza

No debemos alarmarnos por pasarnos unos días decaídos cuando se produce en nuestro entorno un acontecimiento trágico o desagradable. La tristeza es una función humana y hay que aceptarla y darle su espacio y su tiempo. La depresión es algo distinto a la tristeza y está más relacionada con la falta de sentimiento, la sensación de no conectar con la alegría y con la vida y la angustia profunda por sentirse solo y desamparado. La depresión va a más si no se trata, al contrario que la tristeza natural, que tiende a mejorar con el tiempo.

Fármacos y terapia

Combinar medicación con psicoterapia es la mejor manera de salir de la depresión, siempre guiados por nuestro psiquiatra. El tratamiento con fármacos antidepresivos es muy eficaz y por lo general resuelve el problema en pocas semanas. Por su parte, la psicoterapia nos ayudará de manera muy efectiva a consolidar esa mejoría. En algunos casos, subsanando los patrones de pensamiento negativo y de conducta inhibida tan frecuentes en personas depresivas, y en otros, afrontando nuestros conflictos actuales o incluso traumas del pasado.

Manejar el estrés 

Todos hemos sentido estrés y ansiedad en algún momento de nuestra vida, pero solo cuando nos paralizan, son muy intensos y se mantienen en el tiempo podemos hablar de un problema más serio que hay que atajar. Para prevenir la depresión debemos cuidar nuestra salud mental a diario, evitando ser demasiado perfeccionista, aprendiendo a tolerar la frustración y fomentando las relaciones sociales. Además, está demostrado que el ejercicio físico regular y moderado es eficaz en el mantenimiento de un buen estado de ánimo y contribuye al tratamiento de la depresión. Ante los primeros síntomas (que suelen ser el insomnio y la sensación de desbordamiento) debemos acudir al médico para que nos paute un tratamiento antes de que vaya a más.

Nuevos avances

La ketamina, una sustancia anestésica relacionada con el glutamato cerebral, parece producir mejorías muy rápidas en pacientes resistentes al tratamiento. También se está descubriendo el papel que la inflamación celular tiene en el estrés y en la depresión,
ensayándose con medicamentos antiinflamatorios.

Medicamentos

La mayoría de los fármacos antidepresivos funcionan regulando los niveles de los neurotransmisores serotonina, noradrenalina y dopamina. Existen distintas clases de antidepresivos, con distintos niveles de eficacia según la persona. Si un antidepresivo no nos funciona, no significa que la depresión no vaya a mejorar con otro. Con mucha frecuencia se utilizan combinaciones de antidepresivos y también de sales de litio. En los últimos años se ha conocido además el efecto antidepresivo de otras sustancias que se utilizaban antes como fármacos antipsicóticos, y se usan con frecuencia para tratar depresiones resistentes a un tratamiento.

Depresión: Señales y síntomas

  • Indefensión: Sentirse impotente para manejar los problemas de la vida diaria.

  • Cambios de peso: Descenso o aumento brusco de la talla.

  • Culpabilidad: Sentimiento de culpa excesivo que altera nuestra forma de actuar.

  • Abandono de hobbies: Dejar a un lado a nuestros amigos y nuestras aficiones.

  • Insomnio: Dificultad para conciliar el sueño y dormir bien toda la noche.

  • Pensamientos suicidas: Pensar en quitarse la vida de manera intencionada.

  • Falta de energía: No sentirse con fuerzas para abordar las tareas.

  • Soledad: Sentir que nadie te entiende y aislarte.

  • Enfado: Cambio de carácter y comportamiento agresivo.

  • Desorden alimentario: Caer en la anorexia o, por el contrario, comer demasiado.



JOSÉ LUIS CARRASCO
Jefe de servicio del Hospital Ruber Juan Bravo de Madrid
Un médico psiquiatra cubre todas las posibilidades diagnósticas y terapéuticas del paciente. La depresión no es un problema psicológico sino una enfermedad curable que tiene como base, en la mayoría de los casos, problemas psicológicos. El primer paso es siempre tratar la enfermedad, de otra manera se puede  cronificar y afectar a la personalidad de manera irreversible.

 

 

 

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