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Hasta hace unos años, para la higiene diaria utilizábamos pastillas de jabón. Sin embargo, la proliferación de las fórmulas líquidas, más higiénicas y libres de bacterias, ha hecho que, en las últimas décadas estas olorosas y, en ocasiones, coloridas pastillas hayan pasado a los cajones de la ropa interior reconvertidas en ambientadores o como regalo para ocasiones especiales.
Tras la lenta desaparición de las pastillas de jabón hubo, además de la comodidad, una razón económica: es mucho más barato y rápido fabricar geles con base de agua que jabón sólido. Sin embargo, y paradójicamente, son los líquidos los que necesitan una mayor cantidad de conservantes artificiales para mantenerse libres de microorganismos dañinos para la piel. Además, suelen contener un sinfín de sustancias sintéticas, como perfumes y colorantes. Por eso, las pastillas de jabón han comenzado a volver con fuerza, y firmas especializadas en cosmética natural las han adoptado a nuestra época con cuidadas presentaciones y, a veces, un regusto vintage.
Estos jabones naturales suelen estar fabricados con ingredientes naturales y aceites vegetales y esenciales extraídos en frío, sin agentes tensioactivos, parabenos ni detergentes que irritan la piel. Y, una vez fabricadas, deben pasar varios días en reposo (a veces, hasta un mes). Es lo que se conoce como proceso de cura, antes de ser puestas a la venta.
¿Cómo hacerlo en casa?
Pero fabricar tus propias pastillas de jabón no es complicado. Sí es laborioso, la verdad, pero los resultados son tan buenos para la piel que merece la pena. Con la receta que te ofrecemos obtendrás uno con las propiedades hidratantes del aceite de oliva y de coco.
Ingredientes: 800g de aceite de oliva virgen, 300g de aceite de coco, 386,4g de agua desmineralizada, 150,3g de sosa cáustica, 30g de aceite esencial de bergamota, colorante líquido verde oliva para jabón artesano y molde profesional para jabón.
Elaboración: Vierte el agua en un recipiente de cristal, añade la sosa y remueve hasta que se disuelva sin que salpique. Esta mezcla alcanzará los 80ºC, así que la dejamos reposar hasta que baje a unos 40ºC. Mientras tanto, calienta al Baño María el aceite de oliva virgen y el aceite de coco juntos hasta que lleguen también a los 40ºC. Vierte en este recipiente la mezcla de agua y sosa y bate suavemente hasta conseguir una textura ligera. Añade el pigmento verde y sigue batiendo. Ya solo queda añadir el aceite esencial y remover un poco con una espátula de madera para esparcirlo por toda la traza. Luego vierte en los moldes, alisa la superficie y deja secar de 24 a 48 horas. Desmóldalo y córtalo en pastillas de 1,5cm de grosor aproximadamente. Solo queda esperar de 30 a 40 días para que los jabones saponifiquen. Transcurrido este tiempo estarán listos para usar.
Para saber si es bueno...
Rompe un trozo pequeño de jabón y trata de molerlo. Si se hace polvo no es un jabón natural, es solo detergente prensado.
Toma nota... ¿son aptos para lavarse la cara?
Los jabones naturales de aceites, sin tensioactivos ni detergentes, combinados con un agua suave, ofrecen una limpieza apta para el rostro, aunque teniendo en cuenta las necesidades de la piel de cada cual. Son auténticos productos de lujo. Por una parte, los aceites disuelven la suciedad de la piel, pero por otra, esta va tomando de ellos la nutrición que necesita.