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Recientemente se han presentado los resultados del Estudio DRECE (Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España), el primero que ha hecho un seguimiento de la evolución de los hábitos alimenticios nacionales en las últimas dos décadas y su impacto en la calidad de vida y el estado de salud de la población española.
Este sondeo, que comenzó en 1990, ha constado de cuatro fases hasta el momento, ha estado a cargo de más de cien investigadores y han participado 5.000 personas de ambos sexos de edades comprendidas entre los cinco y 59 años, con datos aportados por 52 centros de salud de toda España.
2.542 calorías diarias
Los españoles ingerimos cada día una media de 2.542 calorías, unas 250 calorías menos que lo que era habitual hace veinte años. Sin embargo, se ha producido un fenómeno paradójico: la tasa de obesidad en este periodo ha crecido de un 17% a un 21%. ¿A qué puede deberse? Según afirman los investigadores, seguramente a que somos más sedentarios, pues se dedica más tiempo de ocio a ver la televisión, a permanecer delante del ordenador o a los videojuegos, una tendencia que se observa sobre todo en la población más joven.
Hombres o mujeres: ¿quién comer mejor?
Según este estudio, existen ligeras diferencias nutricionales entre sexos: la dieta de las mujeres españolas es más rica en verduras y frutas y lácteos desnatados, mientras que los hombres consumen más carne y bebidas alcohólicas. Con estos hábitos alimentarios tiene mucho que ver el hecho de que, en comparación con otros países, las mujeres presenten una tasa superior de colesterol HLD (colesterol “bueno”), lo cual repercute positivamente en la salud cardiovascular, como también lo hace el notable aumento en el consumo de pescado, por su riqueza en ácidos grasos omega-3 y proteínas. En general, la población española menor de 60 años presenta una mortalidad cardiovascular inferior a la de otros países del entorno.
¿Y los jóvenes?
También hay diferencias entre la alimentación de la población joven y la de más edad:
- Los jóvenes de entre 20 y 34 años consumen más bebidas sin alcohol, bollería, cereales, lácteos enteros y carnes.
- Entre 35 y 49 años es la franja de edad en la que se toman más bebidas alcohólicas.
- En el grupo de más de 50 años se aprecia un notable aumento en la ingesta de frutas y verduras.
Más sobrepeso
Estas costumbres en la alimentación están teniendo un triste resultado: la obesidad infantil en España se ha cuadruplicado en los últimos treinta años y estamos a la cabeza de toda Europa en este problema. La cifra alcanza ya al 20% de nuestros niños, según la Asociación Española de Pediatría. En adultos, el 14,4% de las mujeres y el 17% de los hombres en España son obesos. En el grupo de personas de más de 65 años, padecen obesidad el 26,8% de las mujeres y el 23,9% de los hombres.
Salud cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares constituyen, junto con el cáncer, la primera causa de mortalidad y morbilidad en los países desarrollados. A pesar de ello, y aun teniendo cifras muy altas de obesidad, en nuestro país sigue habiendo menos muertes por enfermedades cardiovasculares que en otros países: el 40% de las defunciones en personas menores de 74 años lo son por cáncer, mientras que la mortalidad por enfermedades cardiovasculares apenas alcanza el 16%. No obstante, no podemos perder de vista que esto se traduce en más de 125.000 muertes cada año y alrededor de cinco millones de ingresos hospitalarios por dolencias cardiovasculares.
Nuestra asignatura pendiente sigue siendo la práctica de ejercicio físico.
¿Qué ha cambiado?
Desde el comienzo de este estudio se constató que los españoles practicamos una alimentación tradicional basada en la dieta mediterránea. Pero en las dos últimas décadas ha habido ciertos cambios.
¿Menos o más?
- Comemos menos legumbres, cereales y derivados (pan, arroz, pasta…).
- Tomamos más frutos secos.
- Se mantiene la preferencia mayoritaria por el aceite de oliva, pero el consumo de margarinas y mantequillas ha aumentado. ✔ Si hablamos de lácteos, hoy en día tomamos más, sobre todo desnatados.
- En cuestión de carnes, hemos reducido la ingesta el consumo de los productos más grasos y hemos aumentado el de otros considerados más sanos (jamón, pavo, pollo, ternera).
- El consumo de pescado también ha ido creciendo con los años.
- Sigue siendo alto el consumo de quesos grasos, bollería y aperitivos.
- Se toman más refrescos, zumos y otras bebidas azucaradas.
Somos lo que comemos, enséñales a comer sano
- ¿Vamos bien encaminados?
Parece que sí. El panorama no es del todo desfavorable: los expertos del DRECE aseguran que los españoles nos aproximamos a las recomendaciones dietéticas saludables. Cierto es que tomamos menos hidratos de carbono de los que deberíamos, pero “casi” cumplimos las recomendaciones en lo que se refiere a proteínas y tipos de grasas, por lo que nuestra alimentación es ahora un ligeramente más cardiosaludable que veinte años atrás.
- Educación en la escuela y en casa
Los investigadores responsables del estudio DRECE no pierden la oportunidad de llamar la atención sobre la importancia que tiene la educación nutricional en todos los ámbitos en los que sea posible. El primer paso y más importante es enseñar a los escolares a comer de forma saludable desde la infancia, tanto en la escuela y como casa, aprendiendo del maestro y de la familia qué es y qué beneficios nos reporta la dieta mediterránea. También recomiendan que se fomente un estilo de vida activo, en el que la actividad física sea una rutina más en el día a día de la población a todas las edades. Estas medidas, insisten los expertos, también tienen que ser fomentadas desde las Administraciones estatales, autonómicas y locales, así como desde otras instituciones públicas y privadas.
Objetivo nº 1: el equilibrio
Comer de todo en su justa medida y movernos lo suficiente. La fórmula es sencilla, pero no siempre la practicamos. Es hora de equilibrar la balanza.