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Cuidarse es cosa de los dos
Al planificar un embarazo, los médicos recomiendan a ambos miembros de cada pareja que se preparen entre tres meses y un mes antes de producirse la gestación siguiendo idénticas medidas, entre ellas, una fundamental: tomar un complemento de ácido fólico (vitamina B9) que se encuentra naturalmente en algunos alimentos, como verduras, frutas y legumbres, y cuya ingesta hay que aumentar en estos meses clave y durante el embarazo.
Hasta hace poco, se pensaba que tener un bebé sano dependía casi exclusivamente de si la futura madre ponía un empeño especial en el cuidado de su propia salud durante los meses previos al embarazo y durante el transcurso del mismo. Pero, según ha descubierto recientemente un grupo de científicos españoles, el futuro papá tiene el 50% de responsabilidad, pues que el feto se desarrolle sin malformaciones u otros problemas depende mucho de la “calidad” del material genético que él transmita al embrión.
El papel de la mamá…
Durante los tres primeros meses de la gestación se forma el tubo neural, que da origen al encéfalo, la médula espinal y otros tejidos del sistema nervioso central del feto. Si la mamá toma la cantidad recomendada de ácido fólico antes y durante los primeros meses de embarazo, tiene hasta un 70% menos riesgo de que el tubo neural de su bebé se desarrolle de manera anormal. La malformación neurológica más común es la espina bífida, una de las causas principales de discapacidad infantil.
Las investigaciones también apuntan a que un adecuado nivel de ácido fólico en el organismo de la madre puede ayudar a prevenir otros defectos congénitos en el feto, como el labio leporino, la fisura palatina o malformaciones del corazón y de las extremidades.
…y del papá
Un estudio de la Universidad de California confirma que los espermatozoides de los hombres que toman insuficiente cantidad de ácido fólico pueden contener cromosomas alterados. Esta deficiencia espermática, denominada aneuploidía, puede traer como consecuencia que los niños nazcan con problemas cromosómicos –como el síndrome de Down– y, al mismo tiempo, es uno de los factores más comunes que dificultan la concepción. Por eso, como medida de prevención, los varones que quieren ser papás también deben tomar un suplemento de ácido fólico antes del embarazo.
Algunos expertos consideran esta recomendación algo prematura, pero un suplemento de esta vitamina nunca está de más, puesto que a través de la alimentación habitual es muy difícil obtener la cantidad que el organismo necesita.
Las verduras de hoja verde aportan una buena cantidad de ácido fólico y, al mismo tiempo, alivian el estreñimiento.
Alimentos ricos en ácido fólico
- Hígado de pollo
- Hígado de ternera
- Brotes de soja
- Espinacas y escarola (verduras de temporada en febrero)
- Cacahuetes
- Almendras
- Acelgas, col, endivias, lechuga
- Aguacate
- Queso Camembert
- Avena
- Harina de trigo integral
- Yema de huevo
Un escudo contra el cáncer
Las propiedades beneficiosas de contar con un adecuado nivel de ácido fólico van más allá del embarazo. Un artículo publicado en el British Medical Journal llama la atención sobre la protección que el ácido fólico podría brindar a los mayores (mujeres y hombres) en la prevención de algunos tipos de cáncer y ciertas enfermedades cardiovasculares.
Hay claras evidencias científicas que muestran que si las personas que ya han cumplido los 50 años toman suficiente ácido fólico, disminuyen notablemente su riesgo de padecer cáncer de colon y problemas cardiacos.
Otras de las ventajas de tomar ácido fólico son las siguientes:
- Favorece la buena salud de la piel.
- Retarda la aparición de las canas.
- Ayuda a aumentar la leche materna.
- Refuerza el aparato digestivo frente a la acción de bacterias y parásitos intestinales.
Hay que tomar suplementos de ácido fólico porque el organismo pierde entre el 50 y el 95% de esta vitamina.