Desfibrilador cardiaco: Un aparato para salvar vidas

Carteles como este, que nos indican la presencia de un desfibrilador externo automático (DEA), son cada vez más frecuentes en lugares concurridos. Con este aparato es posible evitar muchos fallecimientos por parada cardiaca.


En muchas películas y series de televisión todos hemos visto cómo los médicos reaniman a personas que han entrado en parada cardiorrespiratoria con ayuda de un aparato que emite descargas eléctricas y que se aplica sobre el pecho del paciente. Esa máquina, que se llama desfibrilador, se utiliza sobre todo en los quirófanos, UVI móviles y ambulancias, pero desde hace pocos años han comenzado a instalarse desfibriladores externos automáticos (DEA) en edificios públicos en los que hay gran afluencia de público, como aeropuertos, instalaciones deportivas, centros comerciales e incluso restaurantes, pensados para que puedan ser utilizados fácilmente por cualquier persona sin formación sanitaria y sin necesidad de un entrenamiento específico en caso de que alguien padezca una parada cardiaca.

Cada minuto cuenta

Sin una rápida actuación, la mayoría de las personas en estos casos fallecerá en minutos, pero gracias a las maniobras de rehabilitación que se realizan con este tipo de desfibriladores se salvan cada año muchas vidas. Se ha demostrado que practicar la desfibrilación entre los primeros tres y cinco minutos del colapso mejora las tasas de supervivencia de manera muy importante. Cada minuto de retraso en la desfibrilación reduce la probabilidad de supervivencia entre un 7 y 15%.

¿En qué consiste?

El desfibrilador externo es un pequeño equipo médico que analiza el ritmo cardiaco de forma automática o semiautomática y “desfibrila” el corazón, es decir, aplica un choque eléctrico de corriente continua con el que es posible conseguir que una persona en parada cardiorrespiratoria recupere el ritmo cardíaco normal.

Dispone de una batería que garantiza su funcionamiento autónomo, y de parches autoadhesivos para monitorizar el ritmo cardiaco y aplicar los pulsos eléctricos. Los aparatos automáticos solo requieren estar encendidos y con los parches puestos sobre el pecho del paciente. En el caso de los semiautomáticos, el usuario debe presionar un botón para que el desfibrilador analice el ritmo cardiaco y otro para administrar los choques.

En cualquier caso, el desfibrilador cuenta con sencillas instrucciones habladas, señales acústicas, dibujos e instrucciones para que el usuario sepa qué hacer en todo momento.

Para evitar la “muerte súbita”

El 80% de las paradas cardiorrespiratorias son debidas a arritmias ventriculares malignas (taquicardia ventricular y fibrilación ventricular), casos que generalmente se pueden revertir gracias a un desfibrilador.

Estas son causas de lo que se conoce como “muerte súbita”, un problema sanitario que representa un 15% de todos los fallecimientos. En España se calcula que entre 40.000 y 60.000 españoles fallecen por esta causa cada año, y entre un 40 y 60% de los casos se da en personas en las que la muerte súbita es el primer síntoma de enfermedad.

Cómo actuar paso a paso

  1. Asegúrate de que tú mismo y la víctima estáis en un lugar seguro.

  2. Si la víctima está inconsciente y no respira con normalidad, antes de nada pide a alguien que busque ayuda. Si estás solo, llama al servicio de emergencias 112. Deja sola a la víctima solamente si no hay otra opción.

  3. Inicia las maniobras de reanimación cardiopulmonar si las conoces. Si dispones de un desfibrilador externo:
    ✔ Enciéndelo y aplica los parches en el pecho desnudo del paciente.
    ✔ Si hay más de una persona interviniente, las maniobras de reanimación cardiopulmonar se deben continuar mientras se colocan los parches.
    ✔ Sigue las instrucciones visuales/sonoras inmediatamente.
    ✔ Asegúrate de que nadie toca a la víctima mientras el desfibrilador analiza el ritmo cardiaco.

  4. CASO A: El aparato indica aplicar la descarga eléctrica:
    ✔ Asegúrate que nadie toca a la víctima.
    ✔ Aprieta el botón de descarga como se indica.
    ✔ Reinicia inmediatamente las maniobras de reanimación cardiopulmonar 30:2 (30 compresiones y 2 respiraciones). Si estás solo o en caso de duda, puedes realizar únicamente compresiones torácicas a un ritmo de cien por minuto, hundiendo el centro del esternón cinco centímetros.
    ✔ Continúa como se indica en las instrucciones visuales o sonoras.

  5. CASO B: La descarga no está indicada:
    ✔ Vuelve a practicar la reanimación cardiopulmonar manual inmediatamente.

  6. Sigue las instrucciones del dispositivo hasta que llegue ayuda profesional que tome el relevo, o hasta que la víctima se despierte, se mueva, abra los ojos y respire con normalidad.

 

Utilizando un desfibrilador antes de que pasen 5 minutos desde el colapso se salva la vida en más de un 50% de los casos.

 

 

TELÉFONO DE ATENCIÓN

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Apdo. Correos 8106

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