Antes de elegir un tratamiento, debes consultar con un especialista para que te confirme si la pérdida es consecuencia del ciclo de vida de tu pelo (algo normal) o si se trata de un problema más grave. “Seguir una dieta milagro, pasar por una situación estresante, sufrir cambios hormonales, tomar determinados medicamentos, padecer alguna enfermedad (por ejemplo, diabetes o trastornos de tiroides) son situaciones que afectan a la correcta salud del cabello”, explica la doctora Elena de Las Heras, dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Dieta anticaída
Sí, en este caso también ayuda. Comer sano a diario favorece lucir pelazo. Potencia el consumo de carnes, vegetales de hoja verde (sobre todo, acelgas y espinacas), legumbres, pescado, marisco, ajo y cebolla, para asegurarte un aporte correcto de hierro y yodo: estos dos minerales refuerzan el cuero cabelludo. Evita también el tabaco, ya que, además de dejarlo sin brillo al contacto con el humo, provoca que le lleguen, a través de la sangre, sustancias que alteran la correcta nutrición del folículo piloso.
El alcohol también es tu enemigo: abusar de él impide la absorción de la vitamina B, responsable del crecimiento adecuado de los tejidos. ¡Mima tu pelo!
¿Zonas despobladas o pequeñas clavas? Acude al dermatólogo para saber el tipo de alopecia
El cepillo, tu aliado
Para prevenir y combatir la caída, necesitas mimar el cuero cabelludo y adquirir hábitos saludables. Empieza por cepillar el pelo a diario durante 10 minutos, para oxigenarlo, y lávalo con un champú suave con tanta frecuencia como necesites.