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Fitoterapia. Plantas medicinales: manual de uso

Hazle caso a tu abuela: las hierbas pueden echarte una mano para aliviar esas molestias leves pero desagradables. Son eficaces, sí, y por eso, porque en sus tallos, hojas, flores o raíces se almacena un potente concentrado de sustancias activas, hay que tomar precauciones y evitar posibles efectos adversos.

Que las plantas tienen propiedades curativas lo saben bien los chinos, que las utilizan en su medicina tradicional desde el año 3000 antes de Cristo. Y también los antiguos griegos y romanos que dejaron constancia de sus conocimientos sobre botánica medicinal. O los egipcios, que recogieron en los papiros médicos hasta 1.000 recetas y formulaciones de remedios naturales. Lo sabían también nuestras abuelas, que nos aliviaban la congestión a base de miel y cebolla, o el dolor de barriga con infusiones de anís y manzanilla, o sanaban nuestras heridas con aceite de caléndula (y aquel sana, sana…) o aromatizaban el armario de la ropa blanca con flores de lavanda y, con ese simple gesto, favorecían una noche de buen sueño.

Y, aunque los remedios naturales han sido largamente ninguneados por la medicina convencional, parece que los médicos están, poco a poco, cada vez más abiertos ante la posibilidad de prescribir tratamientos de fitoterapia (la rama de la medicina natural que utiliza los extractos de plantas para prevenir y curar enfermedades) como alternativa o como complemento a los medicamentos químicos. Los pacientes lo reclaman: un estudio realizado por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia revela que uno de cada cinco españoles recurre a las plantas medicinales en busca de alivio para algunos de sus males, sobre todo de los problemas digestivos y de tránsito intestinal, de nerviosismo o insomnio, y los resfriados. Aunque también se han mostrado eficaces para las afecciones respiratorias, urinarias, las del aparato locomotor (artrosis, artritis y tendinitis), del sistema nervioso (ansiedad, cefaleas), dermatológicas (dermatitis, psoriasis, acné) … Pero, ojo, porque parte del nuevo tirón de estos tratamientos se debe a la percepción errónea de que el hecho de que sean productos naturales los convierte automáticamente en inofensivos. Y no es así: la composición química de las plantas y su contenido en principios activos puede ser más potente incluso que el de los fármacos artificiales y tener, como ellos, efectos adversos si no se administran debidamente. Conviene, por tanto, tomarlas con responsabilidad y seguir estas indicaciones recomendadas por la Sociedad Española de Fitoterapia y la Asociación de Profesionales de Terapias Naturales:

No te automediques. Porque las plantas son medicamentos que, además de efectos terapéuticos, pueden tener interacciones con fármacos u otras plantas. Por eso deben prescribirlas profesionales de la medicina con conocimientos actualizados en fitoterapia y que conozcan la historia de cada paciente.

Sigue las instrucciones exactas. No debes tomar una cantidad inapropiada, pues podría ser que no obtuvieras beneficio alguno, o lo que es peor: que te arriesgaras a sufrir efectos secundarios potencialmente peligrosos.

Cuéntaselo a tu médico. Muchas personas tienden a no darle importancia al hecho de que toman preparados con hierbas, pero es crucial que tu médico lo sepa, sobre todo si tomas o vas a tomar medicación, porque puede interferir en sus efectos, aumentándolos, anulando su eficacia o incluso potenciando su toxicidad.

Si tomas anticonceptivos, evita las sorpresas consultándolo también, porque algunas plantas pueden interferir en su efectividad.

Las mujeres embarazadas, en periodo de lactancia, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas solo deben usar las hierbas medicinales si el médico lo autoriza. Estos grupos de riesgo son más sensibles a los efectos negativos.

No compres hierbas a granel. Las plantas medicinales se deben vender envasadas, con fecha de caducidad y con un número de registro alimentario. Estas condiciones mínimas garantizan su calidad y seguridad de conservación, higiene y evita la mezcla accidental con otras plantas.

Mejor, preparados de farmacia que ofrecen todas las garantías de seguridad y eficacia. Además, facilitan su administración y permiten controlar mejor la cantidad de sustancias activas que tomamos. Pomadas, aceites esenciales, comprimidos, cápsulas, grajeas, jarabes… son algunas de las formas de uso de las plantas medicinales. Decantarse por una u otra dependerá de la dolencia que vayamos a tratar y de las recomendaciones de los expertos.

Las infusiones y tisanas son el modo más conocido y utilizado en casa para beneficiarse de las propiedades de las hierbas. Es eficaz y fácil de preparar. Puede hacerse con plantas secas o con plantas frescas, aunque hemos de recordar que la planta seca es más concentrada que la fresca, ya que esta última contiene gran cantidad de agua. Aproximadamente, una cucharadita de planta seca equivaldría a tres de planta fresca.

En tu móvil, el abc de las plantas 

Cansancio, nerviosismo, problemas de circulación, malas digestiones, dolores articulares, molestias de la menstruación… Dile a tu teléfono móvil cuál es tu problema y en él hallarás la solución. El Centro de Investigación Fitoterapia ha desarrollado la aplicación El ABC de las plantas, en la que se describen, de forma clara y sencilla, las indicaciones y recomendaciones de uso de 86 plantas, las más utilizadas y que han demostrado una mayor evidencia científica en el tratamiento o en la prevención de diferentes patologías.

Un botiquín en la terraza 

Los expertos recomiendan el uso de preparados de plantas medicinales de farmacia, pero cultivarlas en casa y conocer sus propiedades te permitirá tenerlas siempre a mano para algún remedio casero que alivie molestias leves y comunes. Te ayudamos a seleccionar las plantas más útiles para cultivar tu vergel medicinal doméstico.

Tomillo Desde la antigüedad de Grecia, Roma y Egipto hasta hoy han llegado sus propiedades para combatir la proliferación de bacterias en los procesos infecciosos generales y, sobre todo, intestinales. Además, contribuye a reforzar nuestras defensas y tiene un efecto desinfectante y balsámico en llagas y heridas. Utilizado como condimento en las comidas, mejora las digestiones. Cómo tomarlo: Para tomarlo como antiséptico, estimulante y bactericida en procesos intestinales prepararemos un jarabe, macerando un puñado de tomillo fresco en 500 ml de agua de aguardiente durante tres o cuatro horas. Calentamos, colamos, añadimos 400 gr de azúcar y cuando coja textura de jarabe, guardamos y tomamos tres cucharadas al día. Si lo que se necesita es un desinfectante para llagas o heridas, infusiona una cucharada de planta seca en un vaso de agua hirviendo y déjalo reposar durante cinco minutos antes de lavar la herida.

Lavanda En la Edad Media ya conocían sus propiedades relajantes del sistema nervioso y las lavanderas colocaban estas flores entre los pliegues de las sábanas. No solo era para aromatizarlas, también facilitar el sueño. Cómo tomarla: La lavanda es un remedio eficaz para calmar los nervios y también en casos de ansiedad e irritabilidad. Prepárate una infusión calentando una cucharada de la flor seca por taza. Cuando empiece a hervir, déjala reposar, cuélala y tómatela tres veces al día. También puedes mezclar ocho gotas de aceite esencial de lavanda con agua y pulverizar con esa mezcla la almohada.

Salvia Combate la sudoración excesiva, los trastornos de la regla y de menopausia. No debe usarse más de tres meses, durante embarazo y lactancia o si tomando hierro. Cómo tomarla: Para la sudoración de pies, sumérgelos en agua caliente con cinco gotas de aceite esencial o un puñado de hojas. Contra el sudor en general, toma una gota de aceite esencial mezclada con azúcar moreno. Para molestias menstruales, tómala tres veces al día en infusión.

Caléndula Alivia las menstruaciones difíciles, los dolores articulares y tiene un gran poder cicatrizante. No hay que usarla durante el embarazo porque puede provocar espasmos uterinos. Cómo tomarla: Para articulaciones e irritaciones, mezcla manteca con hojas aplastadas a partes iguales, calienta el ungüento y aplícalo. Para menstruaciones dolorosas, tómala en infusión dos veces al día durante dos meses.

Menta Actúa según las necesidades del organismo, lo mismo tranquiliza que estimula. Facilita la digestión, despeja las vías respiratorias y alivia catarros. No deben tomarla embarazadas ni personas con hernia de hiato. Cómo tomarla: Prepara una tisana con una cucharada de hojas en una taza de agua hirviendo y déjala reposar 10 minutos. Los vahos despejan las vías respiratorias.

SI VAS A TOMAR UN REMEDIO NATURAL, AVISA A TU MÉDICO PARA EVITAR PROBLEMAS

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