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Test del aliento: Para diagnosticar enfermedades digestivas

El test de aliento, es una prueba fácil y segura, que no sirve para saber si tienes halitosis, muchas enfermedades gastrointestinales –como la úlcera o la gastritis– pueden detectarse gracias a esta sencilla prueba, evitando otro tipo de métodos más complicados o invasivos. 

¿Qué es?

Es un procedimiento no invasivo (es decir, que no utiliza instrumentos que penetren físicamente en el cuerpo) para detectar diferentes enfermedades del aparato digestivo. Existen dos tipos:

  • Con hidratos de carbono: Consiste en medir el hidrógeno espirado por el aliento después de haber ingerido una sobrecarga de azúcar.

  • Con urea C13: Permite descartar si existe infección activa por una bacteria denominada Helicobacter pylori.

¿Cómo se realiza?

  • Es una prueba ambulatoria que no requiere hospitalización.

  • Deberás permanecer sentado mientras te hacen la prueba.

  • Se sopla de forma continua en el interior de un contenedor de muestras, que será cerrado inmediatamente. Posteriormente te darán 100 miligramos de un preparado, que es una solución con urea marcada con un isótopo no radioactivo: el carbono 1313 C-urea. Normalmente, este preparado tiene sabor a limón.

  • Tras ingerir el preparado te aclararás la boca con agua para eliminar cualquier posible resto del preparado en tu boca. Unos minutos después te volverán a recoger una muestra de aire espirado.

  • Mediante un análisis bioquímico se obtendrán los resultados. Tras la prueba, el paciente puede regresar a su domicilio.

¿Cuándo debes hacerte esta prueba?

  • Si aparece dolor abdominal sin justificación y cansancio sin causa aparente.

  • Si se tiene dolor o molestia en la boca del estómago (independientemente de si se está en ayunas o no).

  • Si aparecen náuseas y pérdida de apetito. Es el médico el que valorará si es necesaria esta prueba.

¿Tiene algún riesgo este estudio?

No existe riesgo alguno. Cada vez son más los profesionales sanitarios que la utilizan por su seguridad y su eficacia. De hecho, se emplea con mayor frecuencia en niños y personas mayores.

¿Cuál es el mejor tratamiento?

Normalmente, la infección por Helicobacter pylori se trata con antibióticos, con los que la bacteria suele desaparecer en la mayoría de los casos, desapareciendo también los problemas gástricos.

No es frecuente pero, si la bacteria no ha podido ser eliminada, los problemas gástricos volverán a reaparecer en poco tiempo.

En algunos casos, la Helicobacter pylori está estrechamente relacionada con el desarrollo de cáncer de estómago, por lo que la realización de un test del aliento a tiempo puede ser de gran importancia.

Más del 60% de la población adulta española está afectada por la bacteria Helicobacter pylori, que puede provocar problemas gastrointestinales.

 

 

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