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Salmonella: Alimentos a salvo

La Salmonella es caprichosa: le gustan especialmente ciertos alimentos, y más cuando suben las temperaturas. Si a tan apreciado ambiente para ella le sumamos la falta de higiene y una mala conservación de la comida, esta bacteria se encuentra a sus anchas estos días de verano. Aprende a acabar con ella, y así ella no acabará con tu salud.


¿Qué es?

La Salmonella es una bacteria que se transmite de los animales a los hombres. Provoca una intoxicación alimentaria (salmonelosis) producida por las altas temperaturas, la falta de higiene y la inadecuada manipulación de los alimentos.


¿Dónde se encuentra?

En la mayoría de los casos, esta bacteria aparece en los huevos y sus derivados (mayonesa, clara batida, sopas o leche con yema, cremas, etc.), los derivados de la leche y el queso sin pasteurizar, las aves de corral, el marisco, el pescado, el agua contaminada y los alimentos cocinados que se mantienen a temperatura ambiente durante demasiado tiempo.

¿Cómo aparece?

Aunque un producto esté contaminado con Salmonella, no suele ser suficiente razón para que resulte tóxico. El riesgo aparece cuando se reproduce por el calor. La bacteria de la salmonelosis se multiplica a temperaturas templadas, como la corporal, mientras que por debajo de los 8ºC se ralentiza su crecimiento; la congelación lo detiene, y a más de 70ºC se destruye.

Ojo con el huevo

Este alimento y los que se elaboran con él son los que nos ponen en mayor riesgo de contraer una salmonelosis. El motivo es que estas bacterias se encuentran en las heces de personas y animales infectados, por lo que, en el caso de los huevos, puede llegar de la materia fecal de las gallinas u otras aves a la superficie de la cáscara. Una vez allí, la bacteria se puede extender a cualquier producto con el que entre en contacto o se elabore con huevo.


Para tu tranquilidad…

  1. No comas alimentos que no hayan sido tratados o manipulados higiénicamente, y cocínalos correctamente para eliminar todos los microorganismos.

  2. Consume inmediatamente la mayonesa, salsas o cremas caseras. Puedes aumentar la cantidad de vinagre o limón en su preparación para que se conserve mejor.

  3. No dejes los alimentos a temperatura ambiente y refrigera inmediatamente los que no vayas a comer y que no pueden ser sometidos a calor, como las ensaladas o el gazpacho.

  4. Mantén la cocina limpia. Opta por papel de cocina en vez de por los trapos. Y lávate las manos siempre que vayas a manipular alimentos.

  5. Aleja la comida de animales e insectos. Tápalo todo.

 

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