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Fibra ¡Imprescindible!

Aunque no es un nutriente, la fibra es un componente que no puede faltar en nuestra dieta, por los beneficios que aporta al organismo.


La fibra alimentaria se encuentra exclusivamente en alimentos de origen vegetal y se concentra especialmente en las capas externas de estos, como la cáscara o la piel de las frutas, verduras, las legumbres o los cereales. Está formada por moléculas muy complejas y resistentes que nuestro intestino delgado no es capaz de digerir en su totalidad. 

Las enzimas de la flora bacteriana fermentan parcialmente la fibra y la descomponen en diversos compuestos químicos de suma importancia para el organismo.

Beneficios

Aunque sus beneficios son muchos y variados, el más destacable es el que ejerce en la función intestinal, ya que ayuda a regular y prevenir el estreñimiento. La fibra crea residuo sólido y absorbe agua, con lo que consigue que las heces tengan más volumen y sean menos consistentes. Gracias a esto, el proceso de evacuación es más rápido y frecuente. 

Además, tiene otras propiedades:

  • Regula los niveles de glucosa: La fibra soluble es capaz de ralentizar la digestión y la absorción de hidratos de carbono, lo cual beneficia especialmente a las personas con diabetes.

  • Reduce el colesterol: Diferentes estudios han demostrado que la ingesta de fibra disminuye la absorción de colesterol.

  • Ayuda a controlar el peso: Los alimentos ricos en fibra necesitan masticarse mejor y, al no digerirse esta en el estómago, potencia la sensación de saciedad y disminuyen el apetito.

  • Previene el cáncer de colon y recto: Se ha observado que las poblaciones en las que se consume más fibra existe una menor incidencia de tumores de colon. Esto puede deberse a que la fibra arrastra con las heces buena parte de los agentes que potencialmente provocan este tipo de cáncer, reduciendo el tiempo en el que están en contacto con la mucosa del colon.

¿Dónde la encontramos?

  • En los cereales integrales.

  • En la fruta, sobre todo en los cítricos, el plátano y la ciruela.

  • En todas las legumbres.

  • En las verduras: guisantes, espinacas, zanahorias…

  • En todo tipo de bebidas y en alimentos enriquecidos.

 

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